viernes, 25 de noviembre de 2011

LA ERECCIÓN

"Mujer, mira una sangre, mira una blusa de azafrán en celo".
Miguel Hernández


Una vagina regresa y un tropel de niños vuelve a su vientre, como una muerte reconvertida. Parece que la piel sigue su curso. El calendario erectó una primavera sobre el más tedioso noviembre y el verde se impuso –en su tono más azul- al peor recuerdo de los ocres. Volvieron a brotar los cuellos en un súbito orgullo femenino. Regresó la sorpresa a serenar el rumbo, a mecer el horizonte, a mamar el enorme pecho. Ha vuelto la melodía tranquila de las nanas, la cosquilla nerviosa del susurro. Se vuelve al beso como se vuelve al silencio –no hay mejor forma de callarse-, porque las calles parecen un abrazo de lana, parecen sitios por donde sólo caminan las madres y los perros salen corriendo buscando el tercer piso donde orinar tranquilos. La alegría es la mejor sorpresa. Siempre es nueva, viene de los labios nunca vistos. Los labios sólo existen en el beso, por eso nos proyectan hacia la vida. Una vez allí hay que correr. Correr, correr hacia los niños que vuelven en tropel.