jueves, 21 de febrero de 2013

EL HIJO

El silencio es su peor grito,
yo nací –respetadme- con la poesía.

Asesino sonámbulo de heridas,
andanzas de luz,
diálogo de muertes.
Manos.

Algo tiembla en nosotros
–temblar es vivir un poco-
resucitando gusanos
por no sé qué razones.

El sonido hueco
de la palabra es un niño
que comparte lo marchito
como si fuera un ramo.

Viniste a curar las horas
con heridas sin tiempo.
Traes la sinonimia de la sombra.

A qué este cinismo.

Detrás de lo invisible
se esconde lo inquebrantable:
no se puede romper el viento.

Caminamos la soledad
-palabra abierta-
como albur de la desgracia.

Cerca del qué lejos del cuándo.

viernes, 15 de febrero de 2013

LA MEMORIA

“Vivimos un tiempo pero habitamos la memoria”
José Saramago.

La memoria es un hilo de luz, es el aceite en el fuego, la conciencia del tiempo. Es la linterna que nos lleva de la mano hacia la risa, hacia el cariño del debería y otras importancias. Es el cuarto de los trastos viejos, las enfermedades y la tristeza. La memoria es triste porque la alegría es emocionada. Uno es recuerdo el otro es sentimiento. El recuerdo es el sueño que se cuenta cuando nos despertamos, la emoción no hay quien la toque porque llorar es un espectáculo. Nos debemos a la memoria y en ella quemamos el presente. Es el prejuicio, el libro, la saliva. Es el cuenta conmigo, el no lo cojas, saber que existe la primavera. La memoria es quien le gira la tuerca al pensamiento, el policía, la tragedia, lo que queda de lo que somos. Es el fuimos, la llaga, el frescor de los helechos y el picor en las piernas. Es un fui, un será y un es vencido que se ríe de Quevedo. La memoria fumiga la sorpresa y sabiéndonos los chistes la vida es un engaño. Por eso nos olvidamos las llaves en casa y borramos las caras del tedio, también existe una memoria olvidada. La memoria es trágica porque hace del olvido un recuerdo. La memoria es un cuchillo invisible que corta lo que quiere y cuando quiere, según nos vaya el día. A veces viene la abuela, a veces la comba del colegio, las hijanías. La memoria es un hilo de luz de cuyas madejas salen ocasos de cromos, pornografía y secretos. Suena a muerte -me moría- a pérdida, a fotografías sin vino, a distancia. En la distancia (ya sabemos) se ve mejor, están los amigos más nítidos y las palabras más calientes.

viernes, 8 de febrero de 2013

EL GENIO



“Cuando leo algunas normas para hablar y leer correctamente y compruebo que incluso los hombres cultos las cumplen, pienso: cualquier necio puede dictar una regla y todos los necios la tendrán en cuenta”
Henry David Thoreau.

A propósito de “Genios” de Harold Bloom.

Leyendo este libro del santón de la crítica Harold bloom uno se hace muchas preguntas y algunas afirmaciones. Me pregunto si habrá leído a Lorca alguna vez y afirmo que no lo ha hecho porque no lo ha leído bien. Leer es mucho más que juntar palabras. Bloom se empeña en calificar a Lorca como poeta “contemplativo”. ¿Será posible?.

Federico rozaba la acción directa del anarquismo (ver sus declaraciones preasesináticas del diario El Sol, 1936), Por qué silencia los “Sonetos del amor oscuro”, de su “Poeta en Nueva York”. Harold Bloom se olvida de su “Público”, esa estela de obras  mágicas -Lorca diría sonámbulas- y llenas de duende. Pero Lorca es mucho más, claro. HB evidencia que los diccionarios están obsoletos desde su mismo planteamiento como referencia. Habría que abolirlos o colocarles la signatura de Objetos Perdidos. Su clasificación es analfabética al priorizar académico frente a académica, define términos vacíos -porque son indefinibles- como metáfora, poesía o el propio duende que utiliza Bloom para dogmatizar sobre la cosa.

La herramienta básica del lenguaje no sirve, y sin embargo se mueve. Hay algo más allá de los códigos, algo inserto en la biología celular o quizá en el aire del temblor, no sé. Algo que procura el silencio cuando canta Camarón, Messi marca o contemplamos a Miró. Eso que ocurre cuando habla don Quijote o cuando se trasplanta un corazón. Esa pausa emocionada por la presencia de la más triste de las bellezas. Esa efímera existencia, ese algo sonámbulo, ese líquido inasible que hace que empaticemos, más allá del lenguaje, cerca de la emoción, y que tiene códigos infinitos.

Teorizar sobre el duende desde el diccionario es acabar con el duende. Es acotar el origen del llanto, cercar el aire, delimitar la alegría. Bloom tiene el respeto que le confiere la escenografía del birrete, la fuerza del libro pesado en forma de Universidad catedralicia. Pero Cervantes no fue a la Universidad ni Umbral y el propio Lorca fue a regañadientes para estudiar Derecho -¡qué injusticia!.

El crítico debe serlo hacia los críticos que lejos del goce afilan la academia. Fabrican la abulia del color gris de sus corbatas instalados en el aburrimiento de sus horarios, de sus lecturas en dosis de domingo y medias tardes de café. Leer no es un placer, leer es la tragedia del silencio, el oxígeno de los suicidas, la sangre que empapa las paredes del mundo. Se lee como un hambre. Es gozar el silencio que emana de las palabras sin diccionario: febrícula, algamonía... Y más complejas aún: ser, temblar.

miércoles, 6 de febrero de 2013

EL CRÁNEO

En la pelea del pensamiento está
la grieta de la sangre,
la herida de luz
por donde entran tus palabras.

Este ansia parte
el tuétano del cráneo
para vivirte
como un obseso.

Comerte el pelo con la fuerza de un lagarto.

Jugar con el aire no admite más demoras.
Quiero serte.

Quiero aterciopelar el ojo
por el que miras,
eliminar el frío,
continuar las tibiezas del nosotros.

El egoísmo del quererte me siente con un nosotros.

A ese rojo me aferro,
por esa grieta escapo.

sábado, 2 de febrero de 2013

LA VENTANA

Hasta la sangre arde.
¿Quién iba a decirlo?
Julia Uceda.

La ventana no es un espejo, es la mitad de ti mismo. Los cristales calientan con su corte vertical. En las ventanas se refleja la prisión, el barrote invisible del aire acumulado. La ventana es una puerta donde sueles estar tú. La ventana es el muro. Sé que el tiempo pasa por la duración de mis sonrisas.