“Hay que habitar el vacío”
Jorge Oteiza
En la penumbra, en el sonámbulo hueco, hay un lugar detenido. La claridad que sabíamos ya no está y tampoco el pozo brilla. Sí, hay un ritmo que late. Hay un latido que zumba hasta romper el púrpura. Y te ves llorando el desalojo de las ventanas, caliente y tranquilo como una aguja. Otra vez el ojo me mira y me esconde las almohadas. El frío sigue su camino de fiebre que se aleja. También el eco se acaba y ahora debo mentirme solo.