martes, 23 de febrero de 2021

EL DESEO

El placer discrimina.

Disturbios mediáticos.

La poesía esconde el misterio cotidiano.

Miedo a plazos.

La prisa tarda.

Terrorismo de ventanilla.

El olvido también se pudre.

Dolor medicinal.

Entender excluye.

Ojalá.

miércoles, 10 de febrero de 2021

LA GOTA

"[...] es porque en la soledad / en que te encuentras de todo / no estás más solo que muerto / estás más muerto que solo"

José Bergamín.

La lluvia repite las palabras como si fuera un poeta que le da la razón al invierno. La lluvia deja las cosas donde estaban como si el jarrón fuera un depósito de jarrones y cada cojín fuera su propia matrioska. La lluvia tiene dentro al poeta que le observa, al muro que derriba y la primavera que anticipa, porque la lluvia es otro objeto, otro cofre que contiene versos por sacar. La lluvia tiene un fular, una carpa y un botijo. Un niño que se ahoga y una mano que busca debajo del agua. La lluvia es una radio dando las noticias, una cerveza en la playa y el atasco de regreso. En el sonido de la lluvia vive la repetición. Cada gota es un segundo y el rayo de sol que la atraviesa es un ojo al que sorprendes cuando te mira. A veces, cada signo de cada letra revela su pozo, su atonía de perros. Los gatos se esconden debajo del suelo, en las toperas de los gusanos que pudren el sueño. La lluvia teje un cansancio que gotea por la fiebre de un canalón. Escucho en la lluvia la alhóndiga del tiempo, su fielato de menstruacciones y su saco de llamadas perdidas. La lluvia insiste en la limpieza de la gota.

 

viernes, 5 de febrero de 2021

LA NUCA

Conductas como cabezas en peluquería.

El frío duele en rojo.

Burocracia de la resignación.

Los relojes pican el anzuelo del dólar.

También la cortina es muro.

Vivía por tradición.

Paciencia violenta.

La delicadeza nace en la nuca.

 

miércoles, 3 de febrero de 2021

EL BARRO

Sí. La claridad, como una sombra que ilumina, también va contigo. Tu risa suena como un chorrito de agua. Tu cabeza sigue en el sitio del calor como una nodriza de sueño. Sí. El mundo quema los días con la rotura del óxido, pero quién puede romper la lluvia. Sí. Hiciste un hueco para mi isla. Observo tu sonido como una golondrina que vuela dentro de una casa. La memoria te aleja de mí, por eso odias si te acuerdan y tocas la guitarra del instante. Te agradezco el daño que te hago porque solo tengo esa certeza. He entrado en el mundo a través de tu espejo. Sí. Tus ojos son un corro de niños de la mano que miran hacia arriba. Sueño con la pestaña que se queda en tu mejilla. Con entrar en tus palabras y conocer el porqué de tus silencios. Ignoras el barro de mis días y derramas el hijo cuando me arropas. A veces creo que me sientes. Eres el cuello de mi vida.

 

martes, 2 de febrero de 2021

EL PERRO

Si la soledad se alivia con voluntad de olvido, a qué sorpresa nos remitimos. Dependemos de un engaño para vivir, mejorar la mentira con otro día siguiente. Y anhelamos cambiar el escenario del abrigo o una lluvia que se trasforme en beso sin despedida. El matiz, ese único que reconforta, da a la biología automática un pequeño corazón, una palabra que quiso comprendernos. Necesitamos que alguien nos busque para no enloquecer en el laberinto. Llevamos tanto tiempo a tientas que nos agazapamos en plurales para escondernos del nombre que soy. Cada mañana busco la mano que me sostiene entre los dos mundos. El halo que me muestra las diez de la mañana y las dos de la tarde con su intervalo de domingo. A veces pesa demasiado. Y se intenta olvidar, pero la memoria es un perro que ladra por que es un perro. A veces troceo el siempre en a veces para tragar mejor el cansancio. Hago planes con los ecos. Toco las notas del cinismo con su melodía de cocido. Y un día la risa se derrumba sobre los dedos que se caen como el cuello de un cisne. Tropiezan con los perros, con el trombo de la soledad, con el barroco del asma. Y en el aseo del orín más denso, añoro la belleza de su nuca, mientras trato de mientras al eterno a veces.