martes, 30 de abril de 2013

LA VELADURA

Independencia es voluntad de poder.
El obediente es analfavientre.
Cenar hambre, nutrir rabia.
Marxismo es darwinismo escrito por Shakespeare.
Ignorar es sospechar.
El amor siempre es amor propio.
La cobardía es atrevidísima.
La belleza es una sombra frustrada.
Consentir es no sentir.
El tiempo no tiene lugar.
El tiempo pone a cada uno en su tiempo.
En el país de los ciegos el rey es el rey.
Donde no hay no se puede meter.
Escribir es el residuo de leer.
La palabra justifica los medios.
La veladura es un abanico rotundo.
La soledad es nuestro imposible.

viernes, 26 de abril de 2013

LA ALEGRÍA

A Mónica, más.

Insisto en el más, en el pie arriba del tiempo, en el verde de la alegría que nos lleva, engañándonos los ojos. Vivimos a golpes de ojo, a golpes de tiempo dramático que coloreamos de naranja, cortinas y frases hechas. La vida es una enorme soledad a la que mentimos con vino, con piel jadeante y las croquetas del reloj. A veces vamos a la playa a mirarle las tetas al coche, a la salud, a la indiferencia, olvidando las sombras del espejo. Se canta lo que se miente. Nos mentimos la soledad porque de allí  nace la televisión, esa justicia de antifaces con que nos vamos al trabajo. En la mentira crece el olvido porque sin olvido no hay lugar para la alegría que no es más que un movimiento. Leer es otra forma de escribir, es escribir adentro. Contar es un verbo matemático con aviso urgente a la policía. Es la alarma del lenguaje. Narrar es otra cosa pero lejos aún de la poesía, una pose. Narrar se hace en las camillas de estética y yo busco en los basurriales de la lírica por si encuentro la piel salivosa de un cariño. Busco el desgarro de la mejor mentira. Ahora sé que el sinónimo es un eufemismo. Y voy a abrazarte, con la certeza del labio. Acabemos ya con tanta incertidumbre.

martes, 16 de abril de 2013

LA PRIMAVERA

"Siempre y nunca son mañana"
Victor Chamorro

Lo habréis notado, agarro con más fuerza los cuchillos. Estábamos con la fruta cuando el quizá dio su golpe de certeza como una repetición de palabras perdidas. Esperando la luz olvidé la oscuridad que aparece de nuevo en lo de siempre, comenzando su metamorfosis de negros, su crisálida histérica, seda y grito. Vivir es un fanatismo de soledades. Sigo escondiendo la mano en la angustia del crear. Pienso en la melancolía de una hoja seca, en la convulsión del magma antes de ser paisaje. A qué tanta vida. Mis palabras conservan su marca, su rosa, tan sangre a veces. Y atropello niños para salvarme, aíslo mi más mezquino para no ser. Y me asqueo en esta afectación cínica de mis cosas, detrás de la alegría como una cínica limosna. Quién me reirá sus gracias. A quién le sobra un labio. Quién puede tocarme el pelo, decirme la calma de los hijos. Quién bajará las persianas a mis palabras. Ya conozco la sinonimia del hueco. Cambiaría el quién por un cuándo cercano, por unos minutos de ocaso, por un esperoqueteguste de un algo, improvisado. Lo habréis notado.

sábado, 6 de abril de 2013

LA NUBE

A Urbano Pérez Sánchez.

Quién ha traído el sol.
El cinismo es claro
como el brillo que deslumbra.

Las trágicas sombras mueren
de sencilla oscuridad
y -dime- qué es ahora el tiempo.

Qué son ahora tus gestos
sin brillo ya de tan cotidianos.
Cómo primaverar las nubes.

Quién escondió la pólvora.
El casco del futuro
consumió la melancolía.

Sé todos los cuentos,
y sé que las palabras del hombre
las callan con cuentos.

Y juego con las palabras
para cantar al hombre
que siempre va conmigo.

Qué busco, y huelo, y siento,
y hay un siempre, un nunca
y hay -ay- un beso.

Y desde el cielo núbil
de sombras, bites, deseos
de una mecha encendida

que cambió su oxígeno.