Adelante,
en
esa soledad la piedra
toma
asiento.
Allí
el líquido no existe ni hay lugar
para
mañana.
El
posible eres tú.
Adelante,
sin
espalda,
frente
con frente,
ojos
sorbiendo ojos,
tragando
bultos de insomnio.
Llegarás
adelante
cuando
vuelvan.
Cuando
el paso atrás.
Cuando
la mordaza afloje
el
verbo “mi” y la risa pierda
los
dientes.
En
adelante
hace
frío y está lleno de palabras
y
versos por construir.
La
ruina, como la nada, puede
con
todo.
Dura,
con
paso de escombro
camina,
con
la triste pureza tranquila.
Mírame
-dice-,
y
nadie sabe mirarla.