viernes, 21 de febrero de 2020

EL CUCHILLO

Tú tienes mi culpa.
La sombra busca oscuridad.
Enfermó de cuarentena.
Volveré cuando acabe el eco.
Te estás liando.
Solo duele mientras.
Venga ese látigo.
La superficie era profunda.
Qué culpa tiene el cuchillo.

jueves, 20 de febrero de 2020

LA COBARDÍA

Ese miedo no te conviene.
La sorpresa juega a oscuras.
Compénsame la tos.
Resignación en cómodas letras.
Venganza de memoria.
El cansancio de la tristeza se hizo soledad.
Se quisieron sin querer.
Hermoso pero cierto.
Confundía placer con diversión.
Ventana crucificada.
Salud cobarde.


martes, 11 de febrero de 2020

ADELANTE

Adelante,
en esa soledad la piedra
toma asiento.
Allí el líquido no existe ni hay lugar
para mañana.
El posible eres tú.

Adelante,
sin espalda,
frente con frente,
ojos sorbiendo ojos,
tragando bultos de insomnio.

Llegarás
adelante
cuando vuelvan.
Cuando el paso atrás.
Cuando la mordaza afloje
el verbo “mi” y la risa pierda
los dientes.

En adelante
hace frío y está lleno de palabras
y versos por construir.

La ruina, como la nada, puede
con todo.
Dura,
con paso de escombro
camina,
con la triste pureza tranquila.

Mírame -dice-,
y nadie sabe mirarla.

sábado, 8 de febrero de 2020

LA HUMEDAD

La gotera despertó al escarabajo. Dormitaba su catarro cuando el sonido alterno y continuo de la gota le espabiló. Cambió barreños de sitio, compró otros más grandes, amortiguó superficies con esponjas, rompió la tensión del agua con lavavajillas como recomendaban en internet. Llamó a un albañil al que esperó leyendo a Beckett. Esperó a que volviera la lluvia para certificar la defunción del insomnio. Pero el fantasma de la gotera habitaba en la almohada del coleóptero. Volvió el albañil a cambiar palos, tejas y aislantes. Volvió el invierno y la gotera volvió por lo que el escarabajo decidió cambiar de casa. Encontrar otra de mejores materiales, más confortable y mayor tamaño. Así lo hizo y pudo dormir. Cuando despertó, era humedad.