miércoles, 28 de abril de 2010

LA COCINA

El misterio se coló debajo de la mesa. Nadie quiso hacerse cargo del silencio. El fluorescente parpadeando, cada vez más. Los congelados usurparon recipientes a la leche. La cocina fue un sitio sin recursos. Cuando se va la luz y las croquetas cambian de color, todo es fluido seminal. Sangre estéril. Las tardes fláccidas llevan al lugar más lejano de mi cuarto donde sus mejillas son esfinges. Otras pieles juegan al escóndite con Jonás. Luego supe lo del pétalo y no iba conmigo. Dejé las margaritas sin deshojar. Nadie sabe lo que dan de sí las flores hasta que llegan las alergias. Es así. Con el tiempo todo es un puré frío, colesterol y transaminasa. Habrá que pensar en cambiar el cebador o la cocina se quedará a oscuras como una noche sin luna. Como una noche con sólo la parte oscura, como una noche partida. Incompleta.

martes, 27 de abril de 2010

LA SALIVA

Prolongamos los sueños hasta convertirlos en caricias. La fiebre no fue más que una manta que recogiste en mis riñones cuando pedía agua. De pronto tuve una hija para siempre, y siempre saco dos cucharas cuando me sirvo el café. Como un lado paralelo saliente de los ojos de los sugus agitas el ruido hasta convertirlo en niebla. Se acabaron los puzzles en las tiendas de relojes. Todo se acabó para siempre en este comienzo infinitamente acabado. A veces vienen tus dedos como una mano relampagueante a caballo de la carne. Y un rayo descarga lo imprevisto a través de la saliva. Ahondando en la suerte que no es suerte. Jugando en la costumbre que es de viento. Reescribiendo las normas de los juegos, diariamente. Como siempre.

miércoles, 21 de abril de 2010

LA MATRIOSKA

Lo tibio se pliega hacia tu fiebre. Tus manos siempre llevan azúcar. Todo tu cerca quiere romperse ante el temor que vibra en lo infantil del miedo. Tus labios te recogen como una madre abrigada, abrigada, abrigada. Llevas impulso como un latido que marca tu acento. Suelen tus sonidos acabarse en una "g" finalizada. Los líquidos y el perfume soñoliento, y el abrazo listo. Y los niños coreando su carrera torpe tras de ti misma. Y las plantas regándose.

Y yo violento. Buscándome.

viernes, 16 de abril de 2010

LA SALIDA

Hay que salir al sol para poder sentir el calor de la piedra, el calor del aire, el calor del sol. Hay que salir para poder sentir. Resistimos el empuje pensando que ha de ser el último y nos vemos tumbados bajo la cama con las manos tapándonos la cabeza. Hay que salir. Cuando menos esperas te ves acusando a las moscas, negando el rayo de luz que entró sin querer por la ventana, cerrada como siempre. Hay que salir para sentir la calle sin pensar que es el salón de nadie. La calle es un lugar fresco donde ya nadie echa piropos porque el ladrillo anda flojo y las feministas con las leyes. Hay que salir, se debe. Romper el aire con la fuerza de la sombra. Quemar las gomas sobre los ojos de los padres, de los hijos y de las madres que los parieron. Ulcerarlo todo súbitamente. Con qué poca convicción lo escribo y cuánta necesidad.

LA TRINCHERA

[...había triunfado en la vida; a nivel financiero, se entiende.] Las partículas elementales. Michel Houllebecq.

Vamos a ver. Vamos haber. Como hay que perder el tiempo entre dos silencios y no todo va a ser follar esta inmensa plaga de solitarios depresivos hemos acogido la creación recreativa como forma de sublimar el tiempo. Vale. Como la enfermedad afecta a todos como un cáncer caprichoso pues montamos el premio, el homenaje, el libro. Vale. La felicidad perjudica seriamente la creación se marca el Sabina. Pues claro. El universo de la tristeza se llama biblioteca cuyo epicentro es la poesía. Si fuera Rocco Sifredi iba a leer Rita. Yo no veo a Scarlett Johanson leyendo un libro ni falta que le hace claro. A Quevedo si porque era feo, contrahecho, y lucía su apellido como bastón de ciego. Yo no quiero una tía buena dándome clases de filosofía como decía Fernán Gómez. A la buenorra lo que quiere uno es tirársela o por lo menos que te enseñe el tanga. Luego vendrá la feminista a decirte que qué hacemos con la inteligencia y yo le contesto como Bigas Luna que una mujer que no utiliza su cuerpo no es inteligente. Esto suena machista claro pero yo no pretendo convencer a nadie, me rindo a la evidencia intuitiva de mi espejo. En realidad la literatura es el consuelo de los feos. El refugio de los impotentes. La trinchera del que no tiene tanques. Si tuviera una polla como dios manda, si fuera guapo, con pasta y un buen par de TomaHawks en mi helicóptero se iban a enterar estos lectores.

jueves, 15 de abril de 2010

LA VIDA

La vida, bien mirada, es un suicidio. Nebulosa de fragmentos, retórica y exclusividades. Repeticiones reiteradas de anomalías. Un caos organizado sin perpectiva de lugar, época o introspección. La vida es un decir, un mito del verbo vivir que se impuso en la campaña electoral al sujeto paciente del complemento circunstancial de tiempo llamado lánguido. Lo del adjetivo vino depués cuando la plaza de funcionario. La docencia es cosa de curas. La docencia es querer enseñarle la chorra a los niños para que digan qué grande la tienes. Es el lado cutre de la vanidad. La vocación se confunde con la vacación porque decir "o" o decir "a" es como admirarse o preguntarse. Así me muevo: lánguido y docente con la vocal a cuestas.

sábado, 3 de abril de 2010

LA SEMANA SANTA

Tenemos una pandereta debajo de la almohada que se guarda en un arcón junto a la bandera. La urna crece cada cuatro años. La trufa da igual si sale roja o azul porque la pandereta duerme junto a la bandera en un latente silencio de reptil. La amnesia se sirve con pan, TDT y otras migajas del alfabeto. Las flores se miran de reojo. Los chicles salen corriendo del suelo cuando me oyen callar. Mimetizarse es otra forma de suicidarse. Es la forma que tiene la pandereta de sonar por los Maiden cuando Marcelino pide vino, pide vino y vino más. Es una magia de vacío y horas extra pasado por el atasco azul de la sin plomo. La bandera respira acompasadamente en el arcón con paso de aguila, que es el paso de los buitres, de la carroña y el gusano. El cirio llora como un cocodrilo de agua estancada. El cilicio es papel mojado de hijos y letras. Una crisálida fétida viene a recordarnos que se pueden cazar mariposas y pincharlas con alfileres y mostrarlas como trofeos de una caza menor que no es caza que es coleccionismo, bandera y pandereta azul cielo. La metamorfosis del gusano se estanca en lodos de formol. El légamo de fondo en los arcones se arropa con banderas. Ya todo es olor.