miércoles, 2 de mayo de 2012

LOS TÁRTAROS

"Nada soy, nada puedo, nada sigo.
Traigo, por ilusión, mi ser conmigo".
Fernando Pessoa.

Como un pinchazo de calor que sube por la luz, como el abrazo de un amigo que aparece. Un calor de granito que emana del verdor, así las horas. Sin la prisa de la pena ni la tranquilidad satisfecha sólo un tiempo dilatado por temblores. Y de súbito necesitar el viaje de las manos al abuelo, los lugares del nunca, la melancolía. Combatir con risa el tedio de las peluquerías para no entenderme. Frases inconexas para ocultar la tristeza. Pero las palabras delatan las sombras -por su brillo las conoceréis- y en esta angustia de lo anticipado (la angustia es eso) quitar el aire a los versos para no asfixiarlos. Volver a los silencios para no cansar al ruido. Y desear, como si todo, un otro igual para que el vacío recupere su pureza, pero ya todo tiene su melodía, su residuo, su fatalidad de vida. Ya los ojos como dedos chupados con el azúcar de lo inconsciente, como un polen de trenes por las estaciones del mundo. Sublimar la pérdida en rastros de color, fiebre y tersuras licuantes. Digo lo siento y es mentira porque sé que digo mentiras falsas por todo el tiempo subjuntivo. Y al cabo claridades.

2 comentarios:

mari dijo...

jo....jo....jo,cuanto sabes, deja un ,poquito para mi besitos mari

Anónimo dijo...

¡Algo dejaremos! Un beso tía.