jueves, 25 de junio de 2009

HORNACHOS 21J

Cuando uno se acerca a los treinta y mira a su alrededor y ve la claridad desierta, manan las palabras. Te diré entonces que por tí he hecho todas las locuras que puedo, sabes donde pierdo la mirada, mi testaruda tendencia hacia la nada que es mi todo.

Te miro y sigo viendo la bondad niña de tus ojos, sigo sintiendo la mariposa oxigenada que vuela en tus susurros. En tí veo toda la humanidad que para mi quisiera. Me quieres con locura, porque querer es cosa de locos. Yo lo estoy. Tú lo dijiste.

Por eso no quiero que vengas ahora a decirme que ya no, quizá, puede, mañana, tal vez.

Siento que ya he pasado la línea del cariño. He llegado como un desconocido al país de mi vida que es la tierra donde habita tu sonrisa: el más leve suspiro de tu aire. Si todavía me piensas, como si no, como si de tu aliento salieran las heces fétidas del odio, yo seguiría, Quijano galopante, al encuentro de mi locura que es tu cosa, mi empanadilla, para que me llames loco una vez más. Hoy, siempre.

Y felicidades.

No hay comentarios: