sábado, 26 de junio de 2010

LA LUCIDEZ

La lucidez es una herida. Un filo pleno de razón. Un estómago ahito que no pasa las migajas. Los senos se vuelven carne caprichosa, los labios solamente labios, las horas unos miserables minutos que no cuentan. Un papel blanco. Una fotografía exquisita que no escapa de la retina donde encontramos todos los errores. La lucidez es el hueso de las cosas. Dar una hostia, coger un arma. Es cerrar los ojos, mirar la luna, decir adiós, cállate, vete a la mierda. Es llorar desnudo en los rincones, mirar a un niño, sentir la pena. Es la letra que resposa debajo de las teclas, es la tinta, el dolor, el mensaje, la empatía que surje del abrazo silente. Es el peor enemigo de los años, el color amarillo de las cartas. Es el superman del silencio, la guadaña de la compañía, el ardor de estómago del alma.

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