sábado, 27 de noviembre de 2010

EL VIAJE ÍNTIMO DE LA LOCURA

Me parece a mí que el título es un camelo. Es la máscara que se pone el creador para ir de frente. El Robe hace uno de sus pocos "viajes" desde casa y lo publica cuerdamente. Luego vendió los libros como discos porque todos los seguidores de Extremoduro tienen su libro como apoyadiscos para que no se derramen por la estantería de Internet.

Los que escuchamos Extremoduro desde que teníamos diez años de poesía, hemos mamado los versos del Iniesta hasta llegar al porro adulto de la tinta. Luego la sinapsis y la lectura han ido trazando el surco de la metáfora y a unos les salió un poema y a otros nada por falta de riego. Y es que uno se hace músico cuando le da la gana, como el Krahe, pero el escritor cuando las letras quieren. Es ahora cuando al Robe le ha venido la cosa.

Robe tiene apellido de futbolista modosito que se lleva el mundial como si nada. Éste se ha marcado uno de las obras maestras del Rock universal con "La Ley Innata", pero nadie se ha querido dar cuenta porque andamos registrando al muerto de Michael Jackson. Ya sabemos que el pillaje es algo patrio y nosotros andamos dandole la vuelta al galán de don Gabriel ignorando a Extremoduro y a su mujer.

Andamos tan metidos en la Marca subvencionada que las avestruces nos nacen sin cabeza, porque si es por la venta el Robe vende, si es por la calidad le sobra, pero no hay que pasarse en la palabra Refinería porque entonces los rugidos se suben por las paredes. Así la cosa "El viaje íntimo de la locura" mira sin desgana al Milenio que viene, porque él mira por el wáter.

El viaje íntimo de la locura tiene mucho de Salgari y Julio Verne, pero pasado por el tamiz de Saramago. Aunque el Robe tiene tripi de sobra y lo pasa todo por el colon de su mundo onírico de lombrices. Le ha salido un detritus maravilloso de floración rápida. El Robe sabe que no es escritor y lo dice y se le nota. Otros dicen lo contrario y también se les nota. A RI le sale una infancia que pide a gritos que le devuelvan los cascos, un mundo personal que se agradece entre tanta fómula 1 de biomasa: Velocidad por mil divido al diez por ciento del plazo fijo de tres años.

Iniesta se da cuenta del jardín en que se ha metido cuando nos tiene en el bolsillo interior de sus pulmones. Entonces nos regurgita rápido y nos echa agua para que andemos, solos y con frío a comprar el Marca, otra vez y siempre. Ah, con gol de Messi.

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