jueves, 28 de junio de 2012

LA TORTUGA

Seco el ojo, la sangre sin oxígeno, nace el loco. El cansancio es soledad. Alrededor una nube de restrojos arrastrando su troquel. El miedo fue asimilado por las tortugas. Violencias decentes, falta de sueño y gente sin dormir. Enormes dientes conduciendo la luz -120 nunca más- en apenas media hora se llega al cinismo. La mística de lo místico, la fe que endiosa los espasmos, negaron el temblor refinando los misterios. Se vendieron a la compra. La propiedad del trabajo para adquirir el resto. Vistieron el verde correcto de las banderas. Saberse es odiarse y ya es primavera en el corte inglés.

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