que se reirá con esto.
Se ríe por no llorar y por eso
nos escojonamos de la hostia cuasimortal y tenemos que contenernos para no
delinquir el deber de socorro. La risa está en un bote de ketchup que sale a
cholón, en un chiste viejo que hace gracia por olvidado y por bueno como de
Chumy Chúmez. Hay risas melancólicas como un recuerdo que regresa torpe a la
retina del presente. Hay risas de llanto cuando se agarran al diafragma de la
marihuana, hay muertos de risa como Franco, y risa sucedánea como la mueca,
o el reirlelasgracias estilo Ainhoa "Arguiñano". Hay una risa de
cansancio, de insomnio retroactivo, de alcohol acumulado, que viene de las
verbenas y los churros. Hay una risa de asco cerca de la arcada, una risa de
astenia repetida. Como el golpe, hay una risa en el dicterio y otra en los
cojones. Hay risa en lo repetido que pasa de gusano a mariposa
en un los cojones a la ligera. Hay risa en lo reconocible, por eso Chaplin y
las tuercas. Hay una matemática ensayada que no falla y que convierte a la risa
en una palanca de euforias. La vida es un tiempo de risa entre dos silencios
decía Lorca que para todo era muy gitano. La risa es partirse el culo porque te
llamas Ernesto Sevilla o porque ves a los Duodeno. La risa tiene resortes como
un colchón de helio. Tiene la atmósfera de lo breve si es bueno que por eso
gusta el chiste corto, como un aforismo certero. Luego viene la destreza del cansancio para ganar el
tedio genial de los cojones. Hay risas industriales de las que usan en la
tele y las hay de fabricación casera que son las que uso en los conciertos,
porque hay una risa doméstica, tranquila, de cocido, que es nuestra marca de la
casa. El humor tiene su matemática sinestésica. Sin sinestesia no hay loscojones. El pellejo patrás huele con sólo imaginárselo mientras se oye la melodia de "Circuncisión". La gente viene a vernos, porque se nos ve la desgana por mucho que se esfuerce "Madeiro". Y tan sin querer nos topamos con la aritmética de la gracia: el contraste, que es el "si lo sé me quedo en tu casa" del cornudo. Hay una risa en lo
absurdo, por eso Mihura, porque lo absurdo no es más que saltarse el predicado
del chiste porque nos hace gracia darnos cuenta del sujeto como cuando sabemos
la letrita del Pasapalabra. Hay una risa que une chistes de antes con gracias
de ahora como si escribo: empieza por “L” y digo “Loscojones”. En los
macarrones del sexo hay mucha risa porque es nuestra miseria cotidiana, nuestra
mentira de geranio. De ahí las escenas de matrimonio, el negro del
wasap y el porno con enanos. En el chiste familiar de Jaimito y el abuelo está
malo te comes las patatas de los cojones. “Te hincharás de follar pero no de
comer patatas” une las dos gracias, volviendo a los cojones. La sorpresa hace
gracia, porque la vida no es más que un accidente repetido y esa inconsciencia
cuánto más bárbara más graciosa, y túveráscomotieneslospuntos.
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