viernes, 19 de enero de 2018

LA CASPA



El mezquino fabrica sus columnas, se esconde de sí mismo, en terror vivo. Fabrica respuestas que engarcen con la excusa dialéctica. No quiere oír que tener abusa. No quiere oír. Son náusea y mueca. Y un día llega el asco a sentarse en su cama y lleva su ropa. Y va poco a poco tejiendo memoria para fabricar olvido. Pero el olvido es un espejo que se acuerda de ti y se posa como un polvo en los objetos, las palabras y la traición. Y la conciencia tiene arrebatos decentes y duelen y hacen su fisonomía. Entonces, con toda la podredumbre de la victoria a cuestas, sus hijos le desprecian y las vaginas se sonrojan de violación. Agonizando se mata mejor pero también se muere. Las cabezas engordan y el homúnculo pide caspa para completar el monstruo. Quien gana sabe lo que se pierde por eso lo esconde en risas sin mecha.

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