viernes, 19 de octubre de 2018

EL PUEBLO

"En los pueblos hay que saber pasear".
Josep Pla.

El grito silencia como la cal. El silencio no hay quien lo calle. Los pueblos chillan de noche cuando se enciende el insomnio de los cigarros. Los pueblos tienen veneno, violentos ahorros y semen de otros. Los pueblos son trágicos. Gritan suicidio y accidentes. Susurran iglesia, siesta y granito. En los pueblos el ruido se cura con sueño y portazos, con la resignación de las putas y el ruido de las motos. El ruido divierte. El petardo, el perro y la campana. El golpe arregla con su dale hasta que suene. Sacho, cigarra y motosierra. Rugidos de abanico, moscas y gallos. Gargajos del quiero y no tengo que chillan por dentro. En los pueblos no se lee porque no hace ruido. El ruido deforma. Dispara puertourracos con tiros de alma. En los pueblos hasta las cazuelas chillan. El casete, el taco y el silbido. El saludo, la boda y el entierro. El pueblo es un escándalo de ruido, sísísísí, yayayaya en metralla. Se besa con tímpanos de madre, se quiere con ruido y se come con ruido de bocas. Candados, cencerros y mecheros. Se ahorra para quitar mejor, para decir aquí está mi ruido, y que no falte. Se ahorra en monedas para chocar ruido. El cura grita con su voz capona. El escándalo muge poco porque viene del eco, de la tristeza que está de camino. Se gritan alarmas chillando obediencia. El balido es un eco de locos para ánimas de ambulancia. Grita el frutero, el chatarrero y la Guardia Civil. El chiflo anuncia el afilagritos de la nevera. Gritan las ramas, las golondrinas y chilla el agua en su tormenta. El sol, la nube y las lunas, gritan de luz. Crujen el paisaje como la flor blanca del estramonio. Ruido, bulla, pozo. El pueblo es un claxón enorme. Una sierra de dientes y troncos. La comida ruge en la grasa del chorizo. Aúlla el lobo, el cuco y la serpiente. Pían los barruecos y las raíces de las zarzas. Grita el fuego, los murciélagos y el hielo de las copas. Chilla el maltrato de las puertas, el pintalabios y el alzheimer. Las agujas, el dominó y las cuarenta. El bar grita fútbol, el fútbol grita whisky y el humo rondas sin remitente.

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