jueves, 20 de octubre de 2022

LA CONCIENCIA

Porque hubo un momento en que entendimos y la memoria se hizo, así el universo. Algo de lenguaje quizá, de químicas en misterio para ser otro. Tiempo inasible como cualquier importancia. Como la idea que se traba en la tinta, como el fruto que se abre, como el capricho onírico del sol. Como lisergias de un caos que nos expande. Como se parte un rayo, como la fuerza de un beso con la violenta caricia de lo inesperado. Como la mirada del sexo. Como el silencio que amanece cuando anochece. Como se enfría el pan y crece el vaho. Como la tristeza que seca el azul Parker. Como se funde el hielo y levanta la niebla. Como se bañan los ojos cuando se miran sinceros. Como las bacterias y los micelios. Como las uñas de los muertos. Como se vacían las neveras de los niños y los ancianos. Como pierden el aire las ruedas de los coches viejos y las ilusiones de lo eterno. Como se vuelven cianes los rojos del cielo. Como se sienten los dolores en los asientos. Como se remansa el agua para hacerse espejo. Como se hace el ritmo al pretenderse un verso. Como un trazo de Zöbel y un Goya negro. Como un antes sin después y un después sin nada luego. Como un termo que se rompe, como una almohada sin lamento. Como un quiero y no tengo, como un tengo y no puedo. Como una brisa que entibia los cerros. Como las fotografías que muestran las imágenes en punto muerto. Como el perdón, como el olvido. Como lo privado hace al secreto, como los vivos cuando se olvidan de serlo. Como aquel libro que se acaba cuando tu mano se aleja. Como el silencio del asombro, como el amor recién abierto, como el rencor que se descubre, como el sollozo que atraviesa el pasado por la frente. Como un latigazo de cerveza, como un septiembre por Madrid, como el despiste de la alegría que sueñas. Como fundiremos a muerte, a ese dormir sin sueño del que venimos.

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