sábado, 17 de octubre de 2009

CARREFUL SUNDAY II

Ya estás dentro. Todo parece funcionar. Lo peor ha pasado piensas (incauto de tí) mientras te recreas mirando el tanga a alguna cuarentona bien parecida aprovechando que tu pareja se ha interesado por los donuts de chocolate. La temperatura del centro comercial ha ido aumentando paulatinamente. Tu esfuerzo continuado por enderezar el carro te van llevando al paroxismo. Sudas y tu paciencia va comenzando a agotarse. La pose ya no funciona y la sonrisa de compromiso a las reiteradas preguntas de quieres que cojamos tomate frito orlando o apis ya no te motivan lo más mínimo. Encarar la sección de ultramarinos supone todo un reto. El carro ha ido llenándose y un giro brusco podría acabar en luxación de hombro y con el bote de fabada en el suelo. Tú calor corporal te ha hecho desprenderte de la sudadera y ahora un frío espinal te advierte de que los congelados deben su nombre a que están congelados. El escalofrío que recorre tu cuerpo anuncia que la gripe está incubada y pasarás lo que te resta de domingo con dolor de cabeza y moqueando. Cuando piensas que ya nada puede ir peor un tremendo calambrazo te sacude todo el cuerpo e intentas dar una colleja al primer niño que se cruce por tu lado de forma instintiva, pero te encuentras sólo en medio del corredor de los congelados, tiritando y con sudores después de un enorme calambrazo debido a la cargante electricidad estática producida por la rueda del ca-rri-to (el retintín es mío). Quieres llorar, no exagero, quieres llorar. Piensas que todo esto es un mal sueño, analizas la ineptitud del ingeniero que ideó el enlosado del suelo, el inventor del carrito de metal, y hasta maldices a Newton y a todas las leyes físicas, porque se han confabulado tácitamente para acabar (ay) en otro calambrazo. Y es que nada te importa ya. El cansancio, el sudor, el frío, el sobresfuerzo, la rueda, el carrito... todo se minimiza ante los sucesivos calambrazos que te asustan cuando menos te lo esperas, acabando la humillación a la que estás siendo sometido... (CONTINUARÁ)

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