viernes, 15 de enero de 2010

EL OJO

El ojo no es ojo porque tu lo veas es ojo porque te ve. Por eso, Julián, la televisión la puedes apagar pero ella te ve a tí. Frente a la realidad damos la espalda al televisor pero ella y él son ya una misma cosa y nunca nos desatienden. Digo, que esta realidad virtual, este escaparate, nos mantiene en la jaula de los monos, pero sin mona, ni sopa boba ni mierda en los cristales. La televisión es el ojo, esto se ve claro. Por mucho que te pongas el libro delante de la cara estás visto. Su elegancia en las formas son de academia fina con que nos llaman retrasados. Hay quien tira el televisor y compra un libro. Tirar y comprar está visto, porque hasta la realidad virtual, la TV y el teléfono, tienen su ojo que les mira. Mirar (ya lo sabemos) es el eufemismo policial de vigilar. Los sin tele, los sin móvil, los sin coche, no vemos la porra que escondemos en el trastero de la placa, pero está ahí. Ella nos ve. Jugamos al despiste, que es jugar a las cuatro esquinas, los tres pies al gato. Me han contado (he visto fotos) que hubo quien se saco los ojos para no verse, para no tener ojos ni tele, para sacar lo poco que de vista pudiera existirle. Ahora anda dándose cabezazos por las esquinas de sus interioridades buscando la porra de sus defensas. Las fotos andan colgadas en el facebook y él no puede mirarlas.

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