viernes, 8 de agosto de 2014

LA PRESENCIA

“Soy un fue, y un será, y un es cansado”
Francisco de Quevedo.
(A nuestros 18)

Cuando los días tenían el goce del nervio jugábamos a la noche con la mano a oscuras en ese abismo del quizá. Luego vino el después, el áspero tamo preguntando al tiempo. Y fuimos. Asumimos el más cuando la tristeza sacudía su melena de vidrio. Ahora, busco el lugar donde crecen tus ojos, la alegría del color con que tensas la mirada. A veces vibras mordiendo el labio de la infancia y te reconozco. Reconocer es volver a sentirse antes. La emoción es comprobar el hueco, el presente en una ausencia, el frescor de una saliva que seca el beso. Allí estás, en el fueron, en el será de un es cansado. Pero en tus ojos siguen pasando cosas. Fraguas el misterio que atenaza mi incertidumbre. Ya ves, yo sigo buscando la tensión que te acerque a mi silencio cotidiano. Sigo tocando colores, manoseo las palabras, intento comprender. Pretendo tu interés, no defraudar la intuición que elegiste. Ya ves. A veces, cuando el disparo me despierta las mañanas, pienso que volverás.

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