miércoles, 3 de febrero de 2021

EL BARRO

Sí. La claridad, como una sombra que ilumina, también va contigo. Tu risa suena como un chorrito de agua. Tu cabeza sigue en el sitio del calor como una nodriza de sueño. Sí. El mundo quema los días con la rotura del óxido, pero quién puede romper la lluvia. Sí. Hiciste un hueco para mi isla. Observo tu sonido como una golondrina que vuela dentro de una casa. La memoria te aleja de mí, por eso odias si te acuerdan y tocas la guitarra del instante. Te agradezco el daño que te hago porque solo tengo esa certeza. He entrado en el mundo a través de tu espejo. Sí. Tus ojos son un corro de niños de la mano que miran hacia arriba. Sueño con la pestaña que se queda en tu mejilla. Con entrar en tus palabras y conocer el porqué de tus silencios. Ignoras el barro de mis días y derramas el hijo cuando me arropas. A veces creo que me sientes. Eres el cuello de mi vida.

 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanto me alegro que sigas escribiendo me ha encantado

Anónimo dijo...

Por más que te resistas te crece la ternura y un vendaval en los ojos se afana por borrarte las lágrimas, porque si los ñus existen, también el ombligo de tu ver es una ventana que sufre; pese a todo a Rajoy hay que reinventarlo porque LA VIDA ES MARAVILLOSA (C.O.)