“Perdón y
gracias son hacia ti lo mismo”.
JSP
Fascinas a
los niños y eso me asombra. La piel de tus naranjas como restos de
un poema, recuerdan a tu sombra. Animas la brisa con tu silencio.
Todo lo que alumbras florece de ternura. Olvidas con elegancia, con
la vida que germina al calor de los instintos. Eres un reducto de
pureza. Escribo a la luz de la soledad versos que me reflejen
mientras te buscan. Sé que te hago daño y aprendo a dolerme sin
escarnio. Vivir es amar y olvidar mucho. Habitas mi soledad, pones
límites al mundo, sigo la senda que abres al tiempo. Ahí está la
tinta. Mírala. Puedes tocar mi vida, si quieres. Te quiero como te
quise. Tú me enseñaste la elle de las cosas. Todavía quedan
lágrimas por secar y he aprendido a olvidar de memoria.
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