miércoles, 8 de abril de 2009

LA CLARIDAD DESIERTA

Hoy es un día sin respuesta. Quiero decir que hoy es un día desencajado, donde lo sencillo se complica en un mal gesto, en malos entendidos, en la deshora de los hechos y las palabras fallidas. Hoy lo tibio esta fuera del abrazo arrancado por decretos de metralla. Hoy es una pausa que las flores ceden al frío. El frío es un lugar estático, sin aliento, donde los cuerpos se mueren para siempre. Hoy no hay quien complete la línea. Hoy ni los amigos tienen abrazos, ni asienten, ni hablan. Y pienso en todo el cariño que se acumula en tus mejillas. Tan olorosas siempre, tan infantiles. Hoy tu también estás en los rincones de las mesas. La comida se ha enfriado y hasta el café es sin azúcar. Hoy cuando todo me invitaba a tirarme por la ventana de tus ojos al centro mismo de la lágrima, he vuelto a sentir el candor luminoso de tu piel. Serenadas mis caricias, un enorme velo en sepia ha igualado la tarde en horas líquidas de sesenta minutos. Todo fluye, otra vez, en la claridad desierta.

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