martes, 24 de enero de 2017

LA POLICÍA

“Tu libertad termina donde comienza tu gilipollez”
Ignatius Farray.

-Comencé como policía y acabé como Alcalde.
-Comencé como Alcalde y acabé como policía.
-Pienso en policía.
-La policía te la regala el Banco Santander.
-Creer te convierte en policía.
-El policía es paranoico de sí mismo.
-Policía y endogamia es un pleonasmo.
-Con cada Iphone te regalan un policía.
-Persigue que algo queda.
-Collar al mérito policial.
-Bozal de oro al mejor porrazo.
-Tu libertad acaba donde comienza la policía.
-Soy antidisturbios social.
-Invertir en antidisturbios ahorra en educación.
-Caminante no hay camino si no pelotazos de goma en el mar.
-La porra filosofa sus golpes.
-En capitalismo todos somos policías.
-El asistente social es la sublimación del policía.
-El policía de proximidad es el psicólogo.

martes, 17 de enero de 2017

EL DIAPASÓN

-Afina la metáfora con el diapasón de lo concreto.
-¿Concreto o exacto?
-Concreto; porque lo concreto es exacto pero lo exacto puede no ser concreto.
-¡Exacto!

lunes, 16 de enero de 2017

LA GUITARRA

A mi hermano,
Abel.
El tiempo, como la cerveza, va perdiendo su espuma en marcas de cristal. Se te salió la tristeza en un acorde y te mirabas por dentro como si fueras un violín. Comprendo tu pena en las preguntas de todos. Es otra desgana de silencio –comes poco- de palabras sin rumbo. Sin rumbo, sin más futuro que un presente de insomnio y Almax, vas tocando. Tocas. Tocas para sentir el tacto de los barrotes –en la libertad está tu cárcel- y te das igual con certeza y asco. Tu sombra desprende auxilio con inmensidad. Y no quieres llorar pero lloras porque no hay más dentro. Toda sangre tiene su domingo, también la emoción pregunta y las cuerdas se rompen y se pagan las cuentas. Tienes la belleza oscura de la noche, la atracción blanca de la risa, la amistad sincera del adelante.

viernes, 13 de enero de 2017

EL BRILLANTE

A mi tía Mari,
que conoce todas las bandejas de Madrid.

El bocadillo de calamares de “El brillante”, viene con extra de Berlanga. El pan de baguette industrial con su calamar vietnamita, que ya no se acuerda del pienso de su piscifactoria, se sirve rebozado en fritanga de cocinero ajado. El local es un grito rápido, lleno de la mugre del tiempo, como si fuera un diente amarillo. Lo típico madrileño que tiene el bocata de calamares es su comensal, que anda perdido entre identidades de telediario y wikipedia, y no sabe donde está el baño. En Madrid siempre está bajando las escaleras porque el baño no da dinero y se esconde para darle sitio al calamar. El alfondoaladerecha aquí es bajandolasescaleras. El aseo (lo castizo era retrete) se mete en el cuarto de la fregona, pero en lugar de oler a lejía huele a pis. Ya sabemos que el pis y la lejía son olores de la familia del vómito que es el patriarca del olor. El tema se resuelve con la bolita de alcanfor que es como la aspirina del water. Ahora ya casi no dejan porque dicen que da cáncer, como se retiró el serrín porque decían que daba fuego, y se sustituye por líquidos azules que (de momento) no sabemos cómo nos mata y da un azul metáfora, que no limpia pero engaña bien. Toda una farsa funcionando al servicio del facebook para demostrar a Jacinta lo bien que se dieron las navidades. El propietario sigue apurando nonagenía porque no asimila que la vida se fue, levantando el negocio. Era extremeño claro. Como lo eran los camareros que llevan dándole a la bandeja desde que tenían catorce y por la noche aún recuerdan a Paco el de Murcia en aquellas guardias de la mili. El extremeño es de Ávila o de un pueblo de Córdoba porque el extremeño viene de la pobreza y va hacia el nieto, desde el banco de un parque de extrarradio. Delibes lo sabía y por eso fija su santoral en Alburquerque, para que Camus pegue sus tiros de cámara sobre la perdiz de la taquilla y se entienda mejor la Edad Media. Uno se toma un churro con colacaliente en San Ginés o un bacalao en Larra y siente la tradición en la gilipollez del hecho en sí. Lo típico es el ridículo. Sudacas con pajarita y mandilón que vienen del diminutivo buscando el dorado del Iphone y encontrando nuestro fracaso transando hostelería. El mundo entero como un parque temático en suspensión de pagos. Bandeja al suelo.

jueves, 12 de enero de 2017

LA FIEBRE

La laguna está descuidada como un recuerdo de infancia. Cañaverales sucios, de sonidos cluecos con chapoteos de goma, de patos que resultan ser gaviotas. Las aves de la basura también se bañan y necesitan el remanso del agua porque necesitamos recuerdos que apaciguen la melancolía del tiempo. El origen del agua es la memoria que todo lo encharca. Hace meses que no llueve en la infancia de cemento y autobús. A esta charca de palulú venía de chaval en bicicleta de pinchazo e ilusión, con toda la lluvia por delante. Ya no pasan trenes ni juego al fútbol pero el estanque sigue ahí con su peso marrón de chabola y mocos. Con sus cigüeñas de vertedero disfrazando el agua de naturaleza. En Madrid –este Madrid inmenso del mundo- se vuelve a la fiebre cuando la niebla levanta y deja ver el esmog.

miércoles, 11 de enero de 2017

LA SOMBRA

-En el punto medio está el ombligo.
-Tristeza de semen encendida.
-Cuando menos te lo esperas salta tu siempre.
-Ojalá hubiera detrás.
-La excepción confirma la excepción.
-El carisma tiene miedo invertido.
-España está llena de bichas y cacharras.
-Vivimos la tiranía de la obediencia.
-La ONG es turismo de conciencia.
-No eres ni una sombra de lo que parecías.
-Que el mundo no te cambie, cambia poco.