viernes, 27 de diciembre de 2013

LA NAVIDAD

"Lo más grande del mundo es saber pertenecerse"
Michel de Montaigne.

A Pablo Gadea.

El barro funde la nieve con su chapoteo de abrazos, quebrando su soledad. La felicidad de ráfaga como un domingo inalcanzable. Quién puede disfrutar cuando se vive apurando. Conduramos los hilos que encadenan el roto. El entusiasmo de un copyright prohibido como una píldora de altos vuelos. Debajo, tras los cascos, sólo había traje. Debajo, tras los golpes, mala conciencia de un charol sin detrás. Ya no hay índices ni espaldas, los domingos como inmensas mañanas que conducen al martes, lugares naranjas de cristal transparente. Atisbar una mácula y se derrama el presente. La niebla como guía, el aliento como aire, las monedas calientes. Alguien alquiló un beso y en su asco saboreó la pureza.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

LA LOTERIA

El sistema brinda con las emociones.
El remanso duerme sus corrientes.
La sangre vigila.
La alegría es el antídoto a la multitud.
Bebo para soportar la alegría.
El turismo es la sublimación del colonialismo.
La suerte es la sublimación del egoísmo.
El dinero es ansia acomplejada.
Sin memoria no hay depresión.
Llamamos cariño al remordimiento.
El vigilante confunde la vigilancia.
La imaginación es mejor así.
Cada seguridad carga su miedo.
Los ojos tristes son exigentes.
Hay pieles que piensan demasiado.
El paciente es un convencido.

martes, 10 de diciembre de 2013

LA SOMBRA

Pero somos porfiados.
Tal vez esto tenga compostura.
Juan Rulfo.

La tristeza duele más cuando es tranquila. La soledad sosiega el tiempo, lo reduce a una mirada. Es la siesta de las pesadillas, el ansia del miedo que suele pisar descalzo. El cómo sigue macerando el rosa. Consuelos que ya no fustigan su dolor apalabrado. El tiempo es un surco arando la angustia de los días de sol. La tristeza enfada porque no habla, nos rabia su cinismo como una funda de plástico. Somos previsibles imponderables, la repetida caricia, el beso sin saliva, el calor justo de las mantas. Posesivos del verbo ser, hueso de la piel, agua. Líquidos que buscan su transparencia en la sed. Hacemos del instante un final, del mañana un comienzo, fabricamos el aire para controlar el oxígeno. Y sin embargo se muere. Yo nací –respetadme- con la mentira.

jueves, 5 de diciembre de 2013

EL LIMÓN

Para Arturo Lomo Solance,
lágrimas de limón.

El limón ha llegado como una espátula de tiempo. El limón es la fruta cerúlea del verano que nos recuerda a las abuelas muertas, a la fiebre de los pezones, a los versos de Lorca que nadie lee. Su jugo es una arcada urgente que deja remansada la decencia. El sol es una luz de infancia por la que brillan las hojas secas, es la bengala del tiempo, ese aguinaldo de la memoria con que nos llega diciembre. La vida llega cuando quiere. La vida es un limón por el que juegan los niños y las hormigas. En su continuidad negra y amarilla van tejiendo las abejas sus desgracias. Vuelo y miel buceando por los cielos de lo inevitable. Y las palabras rotas con su cristal despertando en otro frío. No hay sombra en el lamido de un gato. Trágico, como todo lo simple. Amarillo, como todo el hastío. El limón es el cansancio oculto, las escamas que vigilan el agua, un revés tranquilo de hojas en blanco. El limón es la cebolla del mundo. Es un decir.