jueves, 28 de junio de 2012

LA TORTUGA

Seco el ojo, la sangre sin oxígeno, nace el loco. El cansancio es soledad. Alrededor una nube de restrojos arrastrando su troquel. El miedo fue asimilado por las tortugas. Violencias decentes, falta de sueño y gente sin dormir. Enormes dientes conduciendo la luz -120 nunca más- en apenas media hora se llega al cinismo. La mística de lo místico, la fe que endiosa los espasmos, negaron el temblor refinando los misterios. Se vendieron a la compra. La propiedad del trabajo para adquirir el resto. Vistieron el verde correcto de las banderas. Saberse es odiarse y ya es primavera en el corte inglés.

sábado, 23 de junio de 2012

LA ARCADA

"Cultivo una rosa blanca
en junio como enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca". 
José Martí.

Rosas blancas como una albura de cariño. La casa como un enorme jardín de soledad, la soledad es blanca. Porque no se puede vivir de otra manera, la muerte (matar y morir son el mismo centro) tiene su lógica. En mayo como en enero la vida avanza, arrasa. Incólume como un ejército nemoroso, como el metal de los gatillos, tenso como el ojo que brilla. Mancharse es lo más limpio que cuelga en la conciencia. Sabernos culpables de nuestra inocencia, cantando el orden público en la calle. Porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, preguntarnos quien son ellos. Nombres, apellidos, señalar la podredumbre para oler mejor. La palabra debe ser un basta, un bestia, un basto. Es lo que nos queda porque no vale nada. La palabra comienza cuando duele, cuando pincha el globo de la sorpresa y humedece los rincones del tránsito. La palabra es una pregunta, un chorro de moscas en el ojo de un niño. Es el buitre que se come al niño y la arcada que lo piensa. Es el abrazo que te dejó tu padre, la indiferencia de los árboles, el bálsamo de las flores. El misterio de los niños, el perfume de las alcobas, la dureza despedida, la vergüenza del silencio, cualquier cosa. Viven más acá del ojo y más allá del grito. Duelen, para no ser ortografía.

jueves, 21 de junio de 2012

32

“Salvemos al amor de sus paredes”
Ramón Gaya.

Hasta dónde puede llegar el rostro de la piel. Qué puede ser, ahora que el tiempo quedó atrás, que las pestañas de la risa son de leche, que la urgencia del labio cedió a la importancia del beso, que la caricia vuelve a la caricia, que las salivas gritan, locas de mujer. Algo enorme puede ocurrir cuando las nodrizas funden sus alas en tu crisálida. Acudo a contemplarte cuando te inflas en la luz. Ocurres entre las pieles del sueño que cantan los párpados. Por tu melodía –es de música el perfume- caminamos como niños de la mano, hacia tus gestos. Asistimos asombrados al maravilloso mundo de la ternura que de tan pura no sabes que te existe. Llevas mucho ocurriendo. Algo se le escapó a la vida, un caos maravilloso, una lágrima terrible. Y mi torpeza triste y solitaria sale a tu encuentro con palabras en las manos. Son tuyas, por ti nacen. No tengo otra cosa.

miércoles, 20 de junio de 2012

EL SUELO

“Lo profundo es el aire”
Jorge Guillén.

He tirado las ropas acabadas. Algo se ha cortado en el calor ¿la luz? Como el recuerdo que alguien dejó caer, los fragmentos por el suelo. Por allí viven las cosas importantes como si fueran la fragua de los caminos, el cimiento de las imágenes. Entre los trozos, a veces, se encuentran besos. Es la manera del tiempo para llamar al azúcar, la elocuencia del tacto para licuar el ánimo. En el suelo todo anda por el suelo, deshecho, lejos de asolaciones. El fresco impide que cuajen las tragedias, allí llegan las clorofilas de los dientes. La gravedad leve del labio en su lógica inercia se impone, el beso vuelve al beso, explicándonos tantas cosas en sus confusas sencillanías.

martes, 19 de junio de 2012

EL REGRESO


Un viento afectado recorre las tardes. Las mañanas pesan menos de la cuenta, incluso el dolor es economía. Rastros de presencia por los lugares en sombra, sonidos de memoria por los caminos. La ausencia esta presente. A veces pasa, algo se va. Crece el pie, se cae un diente. El aliento precipitado anuncia luces urgentes en el tiempo de la importancia. El asco nace del contraste, del lugar sin fondo del café con leche. Has roto la luz con la mirada. Tactos sonámbulos arrancando al lenguaje. Ah, las silenciones hipando generosas deudas. No entender nada maravillosamente. Y en ese camino estamos, también hay cosas que vuelven.

miércoles, 13 de junio de 2012

EL CUERPO

"El amor es el último cuchillo"
JSP


Podéis perder la piel mientras volvéis del sueño, la nariz quebrada y alas de gato ásperas por las axilas. Poco importa. La mujer es lírica por mucho que se afanen la estética. No es su piel cuidada, olorosa. Es su piel. La mujer son las mujeres, con su egoísmo de niños –la mujer es una niña que descubre sus pechos- y absorben el cariño de donde venga, aunque prefieran la humedad del abrazo. Se expande, es diversa. Son la transparencia del sonido, la muerte más cercana de los hombres vivos -¿dije muertos?- apagados los braseros. Es el perfume adolescente como el agrio de la heroína. Un camino de ida pero sin vuelta, quien regresa vuelve de otra parte. Son la poesía corpórea de la palabra, el instinto de la sangre erizada, el vigor de la luz negada. La mujer es la piel del mundo, un cuello sobre la cama, la tersura del tacto palpitante. Y es –puede serlo- la brisa de lunas en verano mientras el humo finge sus cosas por los ojos de la noche.

martes, 12 de junio de 2012

LA RISA


Hay una sed de alfombras que arrojan folios dibujados. Algo se ha ido o es que vino para quedarse. De tan ido es que no sienta de tan cerca está sobrando. Entonces es que va y viene al tiempo de las preguntas. Puede que sean los ojos y su risa, quizá algo más confuso. Granulientos sonámbulas que balancean nubes con lunas sin noche. Nieblas que supuran por la mente cerrada de la boca. Febril como la angustia de los niños -¡doy miedo a los niños!- y el día con su decorado de vientos arrastrando los sonidos y un podría creciente.

viernes, 8 de junio de 2012

EL GATO

"Llamas amor a consentir el daño
que hace tu corazón cuando se siente
latir en otro corazón extraño".
José Bergamín.


Deseando que todo fluya –desear es eso- perseguimos las noches con la saliva a cuestas. Pero la piel es un gato, sus ojos de carmín como las miradas de paso. El dolor es un juguete sin normas, una herida en forma de hielo, de sonidos llenos de nariz, labios y el sabor dulzón del vino después de las comidas. El mundo puede volar tras un contacto imaginado. Ese cuchillo que brota del tiempo retenido tiene sus fórmulas. Sin preguntas no hay respuestas. Por eso el humo hace llorar con su excusa de ojos. Seguimos caminando hacia el mañana para domeñar el convulso presente. Al final la saliva cae y nos delata la sonrisa refugiada en los tímidos armarios. Desnudos, con el viento sobre la cama, no vemos los motivos del debería. Sin ternura nace la culpa. El beso es inocente –nunca se gastan dijiste- porque emergen del instinto de la luz. Y todo se oscurece, se apenumbra, se convierte en soledades. Allí, cuando el aliento se aprieta en sus quejidos de goma, pasan cosas que acaban pasando. El gato se va, vuelve el frío y la ropa nos regresa hacia la culpa.

jueves, 7 de junio de 2012

EL AZUL

"la verbena azul que vive debajo de la roca
es imprescindible"
Juan Ramón Jiménez.


A mi madre.


Desde el azul nace la rosa. Desde el incomprensible nacimiento de la sombra parte la luz. Sabe que ninguna oscuridad puede iluminarle más que la presencia. Y aparece como la mansedumbre a decir aquí me quedo. La mano es la enorme madre, la palabra silenciosa de la penumbra. La mano nace en la infancia sonámbula cuando los quienes y los porqués se confunden. Y en la nebulosa siguiente la poesía bajo las uñas –la mano, la manina, mano manante- imaginando felicidades, gracias y no te vayas todavía. Aun el tiempo se confunde en los lunares de tu espalda. El azul es gigante cuando levanta sus espaldarosas manos llenas de lunares aglutinando las cosas sin importancia. Debajo, pequeños silencios. Ella nunca lo dice porque viene de la angustia. Sabe que el lenguaje nace del hueco que llenaron las palabras. ¿Qué murmuran sus pezones? No se puede enterrar su aroma, ningún viento llevará su axila porque la mano azul –mano manera- es tan antigua como el mutismo que cultiva. Para qué romper la angustia se pregunta, para qué dramatizarlo todo ahora que nadie escribe cartas de amor -tu callas- y en el remanso del mar su gozo. Es la forma azul de decir te quiero, eres mi vida, todo mi silencio.

miércoles, 6 de junio de 2012

LA DISTANCIA

"Si tu supieras la mitad de lo
que a mi se me ha olvidado..."
El Alemán.


A mi padre,
siempre tan cerca.












También se puede quemar el fuego. Se puede tensar la carne con el ánimo descubierto. El dolor es un fluido como la sangre. La tersura ha vuelto a su huracán de risa, a renacer el viaje del verano. En la distancia –aunque la distancia sea tiempo- se ve mejor. Quedó lo urgente por las esquinas furtivas y las prisas de la inconsciencia en arcadas de carmín. Sin embargo el todo es una constante que fluye a golpes. La vida se abre camino como un opuesto, como un ojo enorme sin sajar, los enormes ojos de la melancolía que siempre lloran la falta. Del regocijo humano aprendí el abrazo que ahora nos separa en misterios necesarios. Hay mucha piel en el vuelo de las horas. Como la sencilla tristeza voy inundando la ausencia de preguntas.