viernes, 29 de enero de 2010

EL INSTINTO

Hay cosas que se nos escapan como el aire que exhalamos. La lágrima, la risa, esas cosas. Son cosas que no llegan al lenguaje, que se quedan en el rasero primario del instinto. Son las cosas que nos sorprenden porque no llegamos a pensarlas. Una vez ocurridas las acribillamos con el porqué de lo furtivo. Querer analizar el silencio que surge del abismo es una tontería porque el suicidio como la depresión (que es la forma más sutil de la alegría) vienen de ningún sitio y llegan a ninguna parte porque son la nada. El lenguaje es una pérdida de tiempo cuando ocurren estas cosas. La sorpresa habla su idioma, una lengua que se autodestruye efímera como una especie rara y súbita de microorganismo. Ahí radica su misterio inasible. Luego, te vences a la armonía poética porque es la forma en que los científicos de la sensación, los especialistas en la dermis que llamamos poetas, han logrado acercarse a su misterio más de cerca. A mi me pasa con Lorca. Es un enorme telescopio Hubble de la sorpresa. La sorpresa tiembla. Cuando leo poeta en Nueva York siento que se adentra en el alfabeto inasible de lo incierto. Tiene la sensibilidad gatuna y el olfato del perro, y fija sus huellas/pasos a las paredes del idioma como un montañero las vías. Cuando termino un verso me quedo suspendido en la nada vertical que es oscura y plácida como un sueño. Luego puedes continuar el poema, completar la vía, abrir los ojos, pero ya vuelves de un lugar sin tiempo que balbucea lento. Esto me viene porque hoy, estando en la la tranquilidad léxica de mis divagaciones, ha venido una alegría de ese lugar inencontrable. Era mi hermano Abel con su abrazo lejano.

viernes, 22 de enero de 2010

EL HORÓSCOPO

Entretenerse es lo contrario de divertirse, por eso a la vida hay que hacerla disfrutable, divertida. Si nos dejamos avasallar por los relojes estaremos entretenidos por los minutos que son los anuncios de las horas perdidas. Vivir es perder el tiempo y es aqui donde tenemos que jugar con el lenguaje. Tenemos el chiste, el poema, el silencio. Todo un abanico de palabras que dan aire a las horas del tedio. A la palabra hay que darle carne, como al pan se le da vino. De ahí nace el cebolleta que es mitad labia, mitad polla. Si se anda bien dotado no hay porque hablar más nada cuando se trata de pedir un polvo. Aqui es donde uno juega al silencio y predica con el ejemplo. La palabra es cosa de pichines, que se entretienen entreteniendo cosa poco entretenida. Lo divertido, claro, es follar y contarlo. Contarlo bien o gesticularlo en silencio porque todo es palabra (mensaje que le llaman los filólogos). Lo peor de todo es no follar no hay duda. Ser mudo es otra cosa porque puedes calzar una veinticinco y aunque no se lo cuentes a nadie, habrá quien lo sepa. Lo importante es ir con la gracia dentro. Por eso hay que animarse a comunicar por la vía oral como forma de aglutinar sexo y literatura. No dejemos el horóscopo en manos de la oncología.

jueves, 21 de enero de 2010

LO INALCANZABLE

Alegrarse del sol como una flor no sé si es bueno o malo. Se manifiesta uno como si fuera un gato conviviendo con el fantasma de la gotera. Ser una flor es ser un vegetal de primavera. La fotosintesis más tibia es la de rodar por las piedras de las lagartijas y eso es lo que te acaba pasando con los años. Me sitúo en décadas como los hechos históricos de las enciclopedias frías. Pensaba que estaba fuera del tiempo de la nube y no. Siempre te encuentras en el tenderete de los calcetines mirando al jersey negro, a veces algún tanga. Ese es el consuelo que nos queda a los tristes. Los mismos que pusimos la amistad en la balda de lo inalcanzable, ahora trepamos por los objetos agarrándonos a los gestos caídos. Las lagartijas son las flores de los caminos, son las flores de los senderos, lo que queda del sol cuando se nubla. Y de pasear por el barroco voy llegando a las soledades de las tardes rojizas, como si todo lo nuclear se esfumara por el horizonte. Qué fácil ahora todo.

miércoles, 20 de enero de 2010

LO INEXPLICABLE

(María Agustina es el nombre que le ponían a Federica de Suecia si se casaba con Napoleón. Ella, mucho más siglo XXI, se lo rapa, se lo corta, se lo engomina, hasta convertirlo en Agus. Mucho más andrógino, mucho más Igartiburu. Blog clausurado. 12-ix-2009).

Qué importa ser o no ser si esa es la cuestión. María Agustina suena a Enrique VIII como melón rima con jamón. Todo encaja y es bastante. Nadie puede sustituir al melón (una sandía sería una agresión a la rima, una cuchillada al idioma y un mal gusto a la lengua). Quiero decir con esto, Agus, que poco importa quien era Enrique VIII porque la rima es la rima y Carlos III, Juan Carlos I o Amadeo de Saboya, pues no es lo mismo. La música se ha ido como un chiste repetido. La palabra es la que es y no hay otra. No se puede explicar la cara que ha puesto el mono. Este es el problema, la poesía es el arte de temblar e importa un moco las matemáticas del purista porque no hay mayor poeta que Rulfo y nunca hizo un pareado. Dos más dos pueden ser gaviotas (esto lo sabe cualquiera) pero nunca perros, a no ser que la suma la haga el gobierno. ¿Lo sientes ahora?

viernes, 15 de enero de 2010

EL OJO

El ojo no es ojo porque tu lo veas es ojo porque te ve. Por eso, Julián, la televisión la puedes apagar pero ella te ve a tí. Frente a la realidad damos la espalda al televisor pero ella y él son ya una misma cosa y nunca nos desatienden. Digo, que esta realidad virtual, este escaparate, nos mantiene en la jaula de los monos, pero sin mona, ni sopa boba ni mierda en los cristales. La televisión es el ojo, esto se ve claro. Por mucho que te pongas el libro delante de la cara estás visto. Su elegancia en las formas son de academia fina con que nos llaman retrasados. Hay quien tira el televisor y compra un libro. Tirar y comprar está visto, porque hasta la realidad virtual, la TV y el teléfono, tienen su ojo que les mira. Mirar (ya lo sabemos) es el eufemismo policial de vigilar. Los sin tele, los sin móvil, los sin coche, no vemos la porra que escondemos en el trastero de la placa, pero está ahí. Ella nos ve. Jugamos al despiste, que es jugar a las cuatro esquinas, los tres pies al gato. Me han contado (he visto fotos) que hubo quien se saco los ojos para no verse, para no tener ojos ni tele, para sacar lo poco que de vista pudiera existirle. Ahora anda dándose cabezazos por las esquinas de sus interioridades buscando la porra de sus defensas. Las fotos andan colgadas en el facebook y él no puede mirarlas.

jueves, 14 de enero de 2010

LA INERCIA

Y a la vuelta de tu pelo sientes la infancia, y cantas palabras en fin de curso. Sientes, nuevamente, la cosquilla en el estómago sin que suene el teléfono de los ingenuos silencios. Nadie sabe a qué viene este olor a roce y baila conmigo ahora. Vuelves al confort de la vida sin preguntas, al calor de las albóndigas con fideos. La alegría lenta, como un orgasmo de borracho, te ha llenado de semen la nostalgia (mis hermanos no me besan ni me pegan ni me sienten). La vida se ha convertido en una pompa de carmín y cisternas donde el eco de un ritmo sinuoso hizo serpiente. Los amigos despertaron las chispas de las flores para efímero colorido a punto de desatarse. La canción trajo el cosquilleo del recién llegado, de las mañanas charangonas (su voz de resfriado café). El arco iris obsceno no reconoce a aquel en quien pensabas. Por un instante tu vida podría cambiar de sexo. Tu vida vuelve al podría.