viernes, 25 de septiembre de 2009

JET LAG

Llevo tres días cagando el Marruecos que me he traido en las tripas. Los virus siguen dándome la vuelta a las tripas que concluyen en heces de ocres multicolores. Ahora todo es mucho más cómodo porque el agujero es familiar y no da asco coger la escobilla. El avión es una forma de sentir la tristeza. Al llegar uno siente la arrogancia del turista. Padece el jet-lag de las lágrimas. Entran ganas de llorar cuando reposas el aterrizaje. Piensas en lo fácil que es nacer en la espesura. Piensas lo difícil que es vivir en la espesura. Piensas. Te interrogas. Esto pasa solo mientras dura la diarrea. Cuando el esfínter se cierre se cerrará la pregunta como un garfio final amenazante. Más tarde vendrá el despertador a darle enunciado a la retórica. Pensar en la cola del autobús es más doloroso porque no se puede digerir con el desahogo fecal. Esta vida es una barca decía Calderón de la Mierda. Por eso cuando la neurona aún se siente extraña cuando pide un café con leche pienso que el viaje es mejor hacerlo hacia adentro. Y así ando, buscando las palmeras de un oasis incierto que sigo reconociendo en su sonrisa. Bebo. Ese manantial de palabras dulces, finas, acertadas. Sólo espero que no llegue tarde al vuelo de tus alas. Tú, que nunca viajas.

jueves, 24 de septiembre de 2009

MARRUECOS SUNDAY

Cabalgar en el desierto a lomos de un camello es la peor forma de hacer el domingo. Da igual si la semana es buena o es jueves, si pierde o sube el dólar, porque el domingo es el domingo. Entonces cuando hasta la estrella de la noche más preciosa se convierte en souvenir, las dunas son de playmobil y la compañía la culminación del Erasmus.Detrás de la risa calculada hay un aluvión de sopa, rincón, rencores. Todo Marruecos se concreta en un té. A todos sabe bien, se lo beben, resulta barato. A nadie importa de dónde sale la menta, de dónde sale el agua, quién se quema la mano. En Marruecos Té se escribe The (como si fuera The End). Yo he sentido el biombo, que es como se suele ver la parte de atrás de los billetes. Marruecos es un país de bolsas de plástico. Blancas y negras. Un enorme vertedero de diferencias donde todo está preparado. Dirigido. Entonces lo mejor es fingir que es como se llega al orgasmo.

sábado, 12 de septiembre de 2009

CANTAR Y ESCRIBIR

Menos cantar y más escribir. María Agustina me recrimina como un padre y yo le digo que escribo, que me esfuerzo todos los días, que no me merezco este N.M. María Agustina es el nombre que le ponían a Federica de Suecia si se casaba con Napoleón. Ella, mucho más siglo XXI, se lo rapa, se lo corta, se lo engomina, hasta convertirlo en Agus. Mucho más andrógino, mucho más Igartiburu. Tiene razón, cuando cantas, siempre las mismas canciones, delante de la misma gente, te sientes como quien cuenta al amigo insomne los mismos chistes de sonrisas forzadas. Lo que pasa es que uno se siente como el niño consentido que le piden que haga la monería a la abuela, a la vecina de la abuela, y hasta al canario de la abuela. Y la hago. Y lo que es peor: me divierto. Luego escribiré que encima me pagan pero eso no lo dicen los artistas. Agus tiene razón. Escribir es mucho más cínico, más íntimo y además no te entiende nadie. Como la Terelu (perdón). Al final, uno se da cuenta que cante o escriba siempre acepta peticiones. No diré que soy un romántico porque luego viene Marijose a quitarme el calimotxo y a no pasarme el aliñado como forma de reivindicar su apostasía de la caricia. El martes viajo a Marruecos, llevo cuaderno y pluma. Llevo a Arthur Miller, a Bergamín y a Machado. En fin, todo lo necesario para volver con algo escrito, dispuesto, como siempre, a seguir haciendo el payaso. Hasta la cabeza se me va volviedo cuadrada de tanto hacer de sudoku. Menos cantar y más escribir. Contenta me tienes. Perdóname Agus.

viernes, 11 de septiembre de 2009

GRIS OSCURO

Ser gris es algo muy oscuro. Ser negro es otra cosa. El empate a cero, la línea recta y la media tinta suelen ser tintas planas, páginas en blanco. Cuando la fiebre pasa queda la flema, el escupitajo y un aire de petanca en las manos. Septiembre es el mes del bibliotecario, la jubilación y la relectura. Es el momento de las enumeraciones, se deja de fumar y por el estilo. Las tardes son tertulias que van a dar a la mar y las cenas son vigilias frente al ocaso de soles taciturnos y noches de luna llena. Siento la calma del desconcierto. Padezco el hastío de las ramas, la somnolencia de los ancianos frente al televisor en niebla. Por eso huyo hacia la tragedia del viaje. Necesito sentir la sangre adentro de las venas. Escapo de la almohada de la radio, del café con leche tibia. Me acojo a la terapia cinco estrellas del turismo y la mahou. Esta noche cantaré como un ventrilocuo las manidas canciones, esta tarde leo los manidos poemas. Todo atusado, sobado, pulido, mimado. Hasta las ilusiones necesarias con su código de barras. La lágrima más furtiva con su envoltorio made in USA. Yo acudo al sudoku de la palabra, al bingo de la metáfora y los dos patitos. Así andamos.

jueves, 10 de septiembre de 2009

REUMATISMO

Cuando el calor te hace sudar se convierte en febril. Este calor agobiante como un castigo es una negación continuada. No, no, agua y frío. Es un ahogamiento por exceso. La ducha es un atajo hacia el sofa y la cama una incubadora. La quietud, la calma, más madera. El reloj anida una muñecas de trapo: el jersey de lana de las horas. El folio se pega al codo, la tinta a los dedos y mi escritorio es una guarrería febril de letras sudorosas. Ahora más que un litro de agua, sueño con un pezón erecto y lo que eso supondría. Sueño con las patas del brasero que me destrozará las rodillas porque ya estoy harto de este dolor de ojos. Me encuentro bien con los viejos porque comparto sus dolores aunque nuestros reumas sean diferentes. Qué le voy a hacer si yo nací en el mediterráneo. Tengo un abrazo renovado. Un corazón con piel de serpiente. Tengo lentillas de colores y un tanga rojo. He tuneado el coche y voy al cine con frecuencia. No estoy dispuesto a que me cuenten más mentiras. Otro escalofrío (¡es caliente!) me sacude la frente con sus sudores. He visto un cuadro de Miró. En los ojos cerrados no entran moscas. Mamá quiero ser artista. Releo a Bergamín: Se puede decir lo contrario de lo que se ha dicho pero no se puede hacer lo contrario de lo que se ha hecho. Tiemblo. Templo al templo. Vuelvo a repetirme. Nací en el mediterráneo.

sábado, 5 de septiembre de 2009

420 EUROS

La serenidad es una distancia silenciosa. Luego están la algarabía, la ebriedad, la conga y la cola con ventanilla de vuelva usted mañanando. Son los otros nombres de la masa. A mayor masa menor encéfalo. Masa es traducible por biomasa y encéfalo por neurona. El traductor también se paga. La palabra ni se crea ni se destruye se prostituye. Quiero decir que cuando la serenidad abstémica te lleva al país de los muertos murientes, los muertos vivientes te parecen lejanos, gente arriesgada que no se pone el cinturón. La serenidad es arrogancia, estatus, pedestal. Es una colonia que solo hueles tú porque el resto fuma y se convierten en insípidas narices de gyntonic. Vale. Distanciarse mola pero luego no vengas con el me he quedado solo, la pena y el nadie me escribe. Cortate el pelo y búscate un trabajo, hombre. El Barça se sale y la novia de Paquirrín vaya melones. El bullicio mental es una ensalada de hostias a la que te invita el gobierno con 420 euros en tomates (calcetines no incluidos). A la serenidad se llega por caminos indirectos: la conga de locomotora, el paro y el dolor de garganta. Es la esquina del bullicio, el cuarto trastero sin trastos, ni vacío, ni nada. Es silencio en el parque nacional de la claridad desierta. Es una mariposa y es un libro.

viernes, 4 de septiembre de 2009

SEPTIEMBRE

Venimos del mes de mayo para acabar en septiembre. Tenemos cara de domingo, de residencia, de autobús golfo sin mp3 ni nada. Queremos ligar en un día lo que el verano no trajo en tres meses. Pretendemos cambiar de vida sin cambiarnos de gallumbos. Septiembre es un mes de marzo adelantado. La verbena toca en martes y nadie va porque curra el viernes. Qué desastre de días sin verano, de tardes sin gente, de noches sin tacto. Septiembre te cuenta la película del otoño para que no te pegues el susto del invierno y el reuma. Septiembre es la luz del polvo de año nuevo. Una uva fresca que llega tarde como el vino que no sabe si ser gusano o mariposa. Septiembre es una sudadera que se mece entre la espalda y la percha con frío en los riñones. Mes de coleccionables y divorcios, de llantinas y lecturas. Es un mes más por mucho que se consuma. Yo que siempre fui un envidioso, soy noviembrino, poca cosa. Me quedé en el agosto hasta que vino diciembre con sus intimidades. Septiembre suena a para siempre, a Soria y a paseo de la mano.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

AHORA

Mientras las horas se llenan de dientes (y las fotos maquillan los roces) nadie repara en el sudor. Mientras las noches son pistas de hielo nadie repara en el sueño. Cada uno guarda su tragedia en el bolsillo corto, pegado a la pelvis (oh, hueso) de los billetes grandes. Luego reparas en los calcetines sucios, en las uñas largas, los pelos que se desbordan, la inflamación del hígado. Eso es luego. El mientras es un ahora que nadie nos ve, un dámelo todo aunque nunca me des nada. El ahora es un pecho de programado desdén. Luego no existe si me invitas a una sopa, quiero decir a una copa y no te rías que me corro. Cuando existe el ahora, no existe el luego por mucho que vengan con el mientras. Mientras, ahora, cuando el luego está presente y el sudor anuncia el cáncer que vendrá, imagino lo inaccesible del labio superior, debajo de donde habitan los secretos.