martes, 29 de junio de 2010

LA PIEL

Tu piel brilla como un sol líquido atrapado. Eléctrica como una medusa de aire que nada sobre los poros. La vida es fácil si las tardes traen sonidos de pájaro en las nubes, azúcar, sal y fuego, en forma de uva. El polvo vendrá en otoño, cuando el frío, como una tempestad amarilla. Como la piel, las muecas van perdiendo pose y todo va perfilando su manera y casi nos atrevemos a mirarnos y decirnos las cosas. Habrá que esperar a que la piel nos abandone para dejar de mirarnos el escote -ese ombligo femenino-. Sé que la valentía se mide en llanto y nunca dije este ojo es mío. Hay muchas manos vacías. Mucho dolor sin llorar. Tenemos que decirnos las cosas. Haz el favor, ven un momento, déjate la piel quieta, aparca a un lado tus modales de carmín. Ven, siéntate, cógeme la mano.

sábado, 26 de junio de 2010

LA LUCIDEZ

La lucidez es una herida. Un filo pleno de razón. Un estómago ahito que no pasa las migajas. Los senos se vuelven carne caprichosa, los labios solamente labios, las horas unos miserables minutos que no cuentan. Un papel blanco. Una fotografía exquisita que no escapa de la retina donde encontramos todos los errores. La lucidez es el hueso de las cosas. Dar una hostia, coger un arma. Es cerrar los ojos, mirar la luna, decir adiós, cállate, vete a la mierda. Es llorar desnudo en los rincones, mirar a un niño, sentir la pena. Es la letra que resposa debajo de las teclas, es la tinta, el dolor, el mensaje, la empatía que surje del abrazo silente. Es el peor enemigo de los años, el color amarillo de las cartas. Es el superman del silencio, la guadaña de la compañía, el ardor de estómago del alma.

viernes, 25 de junio de 2010

LAS MAÑANAS

Las mañanas son el peor momento para los depresivos porque es donde el pensamiento es más lúcido, donde el frío que nos invade es inversamente proporcional al calor que dejamos en las sábanas. Cuando todo parece un Otravez.

martes, 22 de junio de 2010

LA SILLA

Lo peor de guardar silencio es que prediquen con el ejemplo. Lo peor de la abulia es la acción del otro. Solemos pedir la palabra de quien calla porque es una acusación molesta a nuestra palabrería. Pedimos silla para quien hace nuestro cometido porque molesta sentirse inane. Pedimos cortar el pensamiento acusador porque su dedo reposa en una mano creadora.

Lo peor de los mediocres es su falta de honestidad.

LA RISA

"La compensación de la miseria fueron las fiestas" Josep Pla.

La risa es sólo una parte más de la palabra. Es un orgasmo fonético. Todos sabemos ya que esto del placer es cosa de solitarios porque la sexualidad, como el resto de lo humano, no se comparte se transacciona. En la amistad es peor porque la mercancía se ve pero no se toca y entonces la comunicación se hace imposible. Definitivamente el lenguaje sirve para confundirnos, dulcemente, todo lo más. La empatía surge ante el dolor de la flagrante injusticia, la emoción, la ternura de lo íntimo y lo pequeño. Qué difícil conectar más allá de un adiós que significa hasta luego. Qué difícil pulsar la tragedia más allá de lo aparente. Qué poco mostramos nuestra pena íntima. Arrastramos fotografías, pupitres, viajes, y un etcétera de circunstancia donde la máscara ha mimetizado en rostro sabiendo que los objetos no hablan. Se acaba sintiendo el frío de lo cercano. Ese frío infinito de distancia invisible. Qué lejanía de cuerpos intangibles. Qué lejanía de palabras sin dueño. Qué asco de juventud derramada y cuánto lo siento por serme.

martes, 15 de junio de 2010

EL LIBRO

El Alemán quería ser bibliotecario cuando en la mili le querían designar tarea. Le dieron una carretilla, pico y pala. Manolo acabó de bibliotecario en la mili cuando dijo que quería carretilla. Él era maestro. Yo acabé de bibliotecario por un error administrativo que me concedió curso universitario gratis. Mi vocación de cerrajero se truncó. Luego la debilidad del sistema educativo hizo el resto.

A lo que voy es que el libro maneja tu vida. Te pone donde quiere. Cómo iba a pensar Manolo que el glorioso ejército español, de ilustrada reputación mundial, le iba a conferir tan decente profesión involuntaria. Con tal experiencia militar y un título de magisterio le resultan treinta años de bibliotecario.

El libro llega cuando quiere y se va cuando le da la gana. Hay muchos libros que se fueron al limbo de los calcetines perdidos. Al Alemán de Marruecos (hay quien le llama Germano) le llegó de la mano del porno y el porro que es la mano izquierda. El soneto le derivó en sonata y el hip-hop hizo el resto.

Hay quien nace con un pan debajo del brazo y hay quien nace con un libro. Todos empezamos como poetas y acabamos como bibliotecarios, decía Umbral y hasta Serrat cantaba eso de y qué le voy a hacer si yo nací bibliotecario.

viernes, 11 de junio de 2010

LA ALEGRÍA

Esto de la alegría es un capricho. Un antojo de bienestar que se procura el organismo sin venir a qué. El día ha salido triste y parece un diciembre serio estando ya a cuarenta de mayo pasadas. Se conoce que este desajuste ha venido bien a los que entendemos el caos como la natural forma de lo habitual. Preocuparme por la gotera, el dolor de rodillas y el limpia del coche. Ella me pide el brazo y se lo sirve como una bufanda haciendo la croqueta. La inmovilización del invierno es algo a lo que los pobres nos agarramos para que no suba la tarifa por encima del tercer cero. En el invierno las bufandas piden permiso a la voz para escribir su parte. Mis brazos, como se ha dicho, ya no pretenden otra cosa y así, este texto parece el fleco de lana que se deshilacha como un retazo de entretiempo. Mañana sol.

miércoles, 9 de junio de 2010

LA NADA

Más días en la misma nada. El abrazo contenido lleno de tiempo. El vacío en su cavilar tranquilo de miseria reposada nunca quiso perder la cabeza por un beso. Todo menos la totalidad. Nada es mejor que alguien. La sordina fue atardeciendo el paisaje interior de las miradas. La belleza acabo siendo un repelente paisaje de esteril melancolía. Nadie supo de alguien. Le trató con la condescendencia de un alimento. Nadie quiso nada. Nada tenía algo que entregar a nadie. Y en esas sutilezas asfixiantes se fue conviertiendo en todos, en la más inerte de todas las naderías. Todo el tiempo, el espacio, las caprichosas coyunturas de la vida no sirvieron para conjurar un beso. Ni un solo abrazo fértil. Nada de saliva. Sólo una caricatura de dolor que alguien tomó como un chiste mientras nadie se moría.

miércoles, 2 de junio de 2010

LA MANO

Se estropea el tiempo como una prenda que se queda pequeña. Pegado el estirón de las noches, la cadera deseca la saliva en los oídos y sólo resta el salitre de recuerdos, algún dolor, y muchas pérdidas. Ya nadie vendrá a perder la cabeza por nuestra risa. Algún amigo se acordará de tu nombre cuando cambien la tarifa del tiempo. Hay noches que el imsomnio me acerca al mundo de los gusanos y como lápices sin tinta. Gasto las sábanas ahogando los gritos en sueños eléctricos y por pesadilla tengo el despertar de nuevo. El misterio crece en la intimidad de la piel. La hierba conoce los secretos. Voy llegando a las orillas infinitas del hastío. Vengo de las paredes ocultas de la sangre. Cuando la tranquilidad del sosiego que se desliza de la brisa muere entre el suspiro leve de mis dientes, busco tu mano. No quiero que el astro lejano que concreta la noche, me reclame las preguntas. Tu mano es para mí la mano. El puente que aún me queda con la vida.