miércoles, 31 de marzo de 2010

EL SITIO

Los aeropuertos no son lugares: son sitios. Sitios fuera de sitio, fuera de lugar, donde es imposible ubicarse. Ni siquiera el dinero importa. Aqui el monetario es portante. No es sonante ni importante porque se tira de tarjeta con la facilidad de un perfume. Aqui el dinero es un peine. En los aeropuertos todo es trámite. Todo es embarque, todo es facturación. Un sitio impersonal donde no hay gente sólo pasajeros. Pasajeros viene de pasar. El murmullo de los aeropuertos está fabricado en China. Es un ruido educado como de biblioteca portuguesa. En los aeropuertos las cervezas no emborrachan, delatan. Qué sitio. Sitio viene de sitiado. No hay despedidas ni besos furtivos, ni cigarro de espera, ni corre que arranca. Hay voces grabadas que te advierten como una abuela muda que quides tu cartera pero nada de llama cuando llegues. Ni siquiera el suelo es suelo. El techo no es techo ni las paredes paredes. Aquí todo es sitio. Un sitiado mate, cómodo, lleno de gafas, pulseras y cosas de cuero. Aquí nadie se echa un amigo y los bocadillos saben a galleta de bolsa. En los aeropuertos parece mentira que dentro de toda esa gente haya una persona hasta que en el escondido cuarto de baño encuentras unas ojeras cabizbajas que advierten: ahorita está cerrado.

viernes, 26 de marzo de 2010

LA SOLEDAD

"Pelmazo es el que quita soledad y no da compañía" Miguel de Unamuno.

"La tosquedad. La tosquedad. La tosquedad. Eso es lo que acaba por hacerle a uno incompatible con muchas cosas. No es exactamente falta de inteligencia ni antipatía tampoco. Es eso: tosquedad. Produce un cansancio infinito la esteril lucha con lo tosco. Piensa uno que la tosquedad es irredente. Es más en los pequeños detalles que en los grandes y casi nunca ofrece un motivo concreto para protestar de ella. Ofende sin que nos podamos considerar ofendidos. Es terrible porque es inocente, como casi toda torpeza. Lo que caracteriza precisamente a lo torpe es su pureza." Cesar González Ruano. Diario íntimo.

Lo más torpe que suelen tener los toscos es que no aceptan su condición serenamente por eso ante el torpe hay que mongolizarse para que el tosco parezcas tú y él cure su complejo con la altanería vanidosa del hallazgo. A palabras necias palabras torpes y todo se acaba antes. Esto hay que escribirlo bajito porque vivimos entre toscantes, en un país tosco donde habitan los brutos. La brutalidad es una forma aséptica de muerte latente. Es una variante violenta de los vegetales que se suele materializar en el uniforme mental que acaba en el uniforme militar donde el color no importa. El brutosco es casi un leño que no arde nunca. Es casi una piedra. En esto no hay distingos y lo mismo tienes catedráticos que fontaneros porque como la cultura y la inteligencia son conceptos que no saben de títulos ni dineros. El tosco suele ser lento porque repite su concepto letánicamente. El hombre de bartomar habla alto ansiosamente tal y como vive. Su tosquedad reside en el alcohol. Fuera del bar es un tosco, dentro es un bruto. La soledad también es tosca y bruta pero la torpeza se la queda uno sin la agresión que genera la masa. La compañía es un invento del sindicato y El corte inglés que juegan al descuento por grupo. El grupo es una masa que se llama familia, pandilla y equipo de fútbol. El individuo pierde su carácter cuando se toma la sopa, paga la ronda o se pone de portero. Cuando se enfrenta al wáter uno comienza a ser persona. Es mejor morirse solo que mal acompañado. La compañía es la televisión del tosco. El tosco paga por acompañarse, necesita televizarse con dinero porque no soporta olerse el cagarro y se siente ridículo en cuclillas. A mi la palabra melón me gusta más pero es darle al tosco una forma y un sabor, casi un provecho, que no tiene. El tosco es inocente como las piedras pero no hay forma de lanzar a un tosco contra un cristal ni levantar un chozo. El tosco es tosco y nada más. La soledad se hace necesaria cuando se vive en un melonar.

EL CUELLO

Cuándo la tarde. Cuándo la risa de los cuellos enrededados. Siempre las mañanas rehenes de las sirenas que nunca vieron el mar. El sonido fue cediendo ecos al ruido. Nadie supo donde posar las manos generosas de la caricia. Si nos olvidamos de la palabra nuestro, de la palabra todos, quiero decir..., si nos olvidamos de la palabra para qué queremos las palabras. La llaneza de unos ojos cerrados, de unos puños abiertos, como unas piedras abiertas, como unas abiertas enemigas de las bocas encerradas. Hay que abrir la jaula, no es aire todo los que se respira. El oxígeno también se compra. Si no llega mi momento habrá que momentarse, habrá que ceder las mañanas para encontrar la noche sin que sea tarde. Habrá que decirle ya no al ahora mismo. Si no el agua ya no será más veces lluvia, ni río, será un mar de gritos que gotean en charcos de frío. Cuándo la tarde. Cuándo la piel de mis dedos, cuándo tu piel, cuándo vendrán las pieles caminando hacia la tersura líquida de los cuellos. Cuándo por fin.

sábado, 20 de marzo de 2010

EL WATER

Algo que no tiene sitio anda perdido por mi ánimo. Tendré que empezar a jugar a la lotería, las quinielas. Hay muchos lugares donde comprar alegría. Debo ir a la peluquería, comprarme unos zapatos. No sé. Tendré qur intentar el Prozac, el diván, el café de las cinco con gente al lado, el cubata de las cinco con gente al lado. El filo de mis ojos anda rompiéndolo todo y así no hay quien duerma. Cuando decidí mi esterilidad comenzaron a llegar los niños, a trepar por mis oidos, a introducirse por los orificios de mi nariz, a susurrarme en el oído gracias Papá por no haberme tenido. Ando como una cama deshecha. Lo malo es cuando la pregunta se convierte en tu única certeza. Lo cierto es que es mejor no preguntar por tí cuando sabes que no estás para egoísmos. La tarde vino con viento y otras cosas pasajeras. Los besos, como el tiempo y los amigos son circunstancias. Hoy me atrevería a perder la vista sacándome los ojos a bocados. Me comería las uñas a través de unas cuencas vacías. Desde el estómago todo es más sencillo. Ya sólo estoy tranquilo en el water.

EL FRÍO

El frío es una sensación caliente. El frío es siempre causa. Cuando el frío se plantea una bronquitis tú dices que sí porque ese Whisky hay que bebérselo. Hay que beber porque si no se deshidrata uno con tanta comida sin calorías y sin calor viene el frío de verdad que es el hambre. La hambruna es la mixtura del vacío y el hastío. La hambruna es una forma de raquitismo que se adhiere al pensamiento como la tisis al alveólo. La flema pues, es lo nimio con que nos entretenemos los bronquíticos por las mañanas jugando a la escupidera que ahora no tenemos porque somos siglo XXI. El frío es febril por mucho que te diga el termómetro, por eso Delibes tenía La hoja roja y se ahorraba explicaciones. Delibes se ha muerto de frío que es como viven los que arden en la palabra certera. De calor viven los que se enfrían en la palabra cartera. Delibes tenía cara de garbanzo. Se fue poniendo un poco mochuelo, se fue personajizando. A mi me vienen los lectores a decirme que tengo cara de viejo. Los viejos somos así: gente joven con tos, mocos y pis en la cama. Como no ando bien con la subvención pues me compro un bastón de Ryanair y me voy a Italia. Montar en avión está bien si no fuera por los aviones. Un ruido en tres idiomas no deja leer a nadie que es mi mejor forma de dormir ahora que me he hecho insomne. Ahora, cuando después de cuatro meses veo el sol como quien admira una caricia, me doy cuenta que algo le ha ocurrido a mi risa.