viernes, 29 de mayo de 2009

MIL AÑOS DE POESÍA EUROPEA

Ahora eres raro pero te vas a volver loco, me dice Ella. Yo pienso que estoy loco y lo que me parece raro es que haya tanto cuerdo bajo cuerda que es la soga de bodas, bautizos y comuniones. Estar loco no es raro porque loco y raro son sinónimos en este páramo de normalogía. Según te quedas ciego la gafa no aumenta la letra y solo hace de lupa para quemarte la dioptría, la córnea. Más que una ayuda es un barrera. Lo que hacemos es que nos vamos interiorizando. Vamos asimilando mundos que nos permitan vivir en el interior porque afuera hace frío y mucha tele. Nos amniotizamos con lo que nos gusta. Ensanchamos tanto el jardín que nos la sudan las mangueras. Estamos tan agusto con la página que quemamos las bibliotecas. La mañana es un moratón fetal melancólico. Un pinzamiento de sarcasmo que te lleva a cantar por Manolo Escobar. Estoy bien le digo, decir normal suena a tragedia si se dice por teléfono. Pasajeo a Don Quijote y me reconforto la rareza, otros se quedan locos porque no leen nada. Bodas, bautizos, comuniones. Paseando por los centrales mismos de la rosaleda tropiezo a la inversa con los pétalos poéticos de hace mil años. Joder, cuánta razón tiene Ella y qué culpa tengo yo de que exista Francisco Rico.

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