miércoles, 20 de mayo de 2009

OPTIVISTA

Hoy tiento a la risa desde lo alto de las dunas. Me pienso que vale la pena reír si se acompaña de besos aunque duren lo que duren, aunque se caigan después al frío de los horarios. La vida es un horario que marca el dinero y nada se escapa a sus días. El día y los horarios nos van pellizcando las migajas de la risa hasta que llegas al plato aguado de lágrimas y todo acaba. El pan se lo comen las hormigas con su camino y su horario de senderos rectos. Silenciosos. Las hormigas son negras porque son una pena. Nuestros horarios, digámoslo claro, nuestra vida de hormigas de cabeza roja y penes fríos son una lástima de naturalezas muertas. Nadie quiere cargar con las pipas, ni cavar un hoyo, ni pasar segundo al agujero. Entonces todo es hilarante. La imaginación es un pasatiempos de domingo y todos sabemos lo que dan de sí esos días. Mañana sol. Mañana frío. Las hormigas son las moscas que escribía Machado. Lo que pasa es que Antoñito era más duro, más cruel, más fonético. AM. Era poeta. Llevaba el vuelo de muerte y podredumbre de los poetas. En todo hay cierta, inevitable muerte, decía Cervantes. Luego jugaron con sueños, máscaras. Pero lo único que hay es muerte. Hoy estoy optimista. Diremos que para que haya muerte antes tuvo que haber vida (y esto ya lo he escrito antes, mismo estilo y estructura) . La primavera es buen tiempo, mala cara. El verdor que invade mis pisadas será rastrojo. Hay un calendario por delante que desgrana los hormigueros. Hoy ando optimista. Supongo que sí. Persigo el chiste como la mirada obscena. El morbo me lleva por caminos de bondad. Por un paisaje de caderas, escotadas blusas, un temblor de botones, cariño sin respuesta. Todo lo solemne, las infinitas ganas de pensar que otorgan los ojos de los niños. Voy adquiriendo realidades que conforman la realidad. Es tan real este cielo rojo que el manto verde, plácido y tibio de este mayo sin remedio no es más que el daltonismo ocular del lado de la sangre. No veo más allá de este valle caliente. Qué coño: lo que soy es optivista.

No hay comentarios: