jueves, 23 de julio de 2009

CUADRICULA PLANA

Lo elegante es incómodo. La rectitud un esfuerzo por muy militar que hagamos al niño. La convención y la norma un aburrimiento. El bautizo, la despedida, el casamiento, la vacación, el cumpleaños, el aniversario, el día del padre, el día de la madre, el santo, la comunión, la confirmación y en este plan. Decía que es incómoda la elegancia porque el tanga tiende a trepar por el culo y hacerse visible de forma instintiva y después de darle la vuelta al probador de la tienda durante dos semanas para el tema uno se siente incómodo, que es otra forma de llamarse gilipollas. Nos cuadriculan la vida con el curre y tal, luego nos cuadriculan el ocio con la tele y la cerveza, el resultado es una cabeza cuadriculada y un encefalograma plano que, para colmo, no sabe geometría. Dentro de la cuadricula festiva de nuestro encefalograma plano está la perpetuación de la gilipollez, muy ligada a las pautas medievales que la iglesia sigue celebrando en pleno siglo XXI en sus versiones laicas, homosexuales, perrunas y nuestra más castiza boda monjil. El tema es vestir de suntuosidad y desparrame al mono de seda. El fracaso es absoluto y el puro acaba en la basura, claro, porque estas cosas son infumables. Decía que la elegancia al uso es incómoda porque las cortinas son útiles si filtran la luz de las ventanas pero llevarlas puestas sin barra que la sostenga es una verdadera crucifixión: fisica, psicológica y visual. La cogorza programada es el colmo de la intromisión del sistema en el individuo, jutificable si acaba en vomitona y ni con esas. Estás cosas son incómodas porque hay que ritualizar el tema con ceremonias hilarantes que denigrarían a un bonobo pero dan cache si pasan de los doscientos el cubierto. Lo desagradable y lascivo de un langostino se concreta en la bandeja sobrante del cordero. El patetismo roza lo esperpéntico si suena el tractor amarillo y la suegra baila con el confirmado. Este marasmo orgiástico de desenfreno y jovialidad espontánea es un placer al que no le cojo el gusto. Lo peor es no ver el tema. Asimilarlo en nuestra cuadrícula plana. Yo soy más de bacanal bucólica. Soy más de rasque testicular, de sacarme los pelos del ombligo y otras zonas. Me gusta, por ejemplo, fumarme un porro mientras canto con los duodeno.

2 comentarios:

Julián Simpetas dijo...

Olé por el Puto Latín.

Anónimo dijo...

chas gracias anselmo. Eljónas.