jueves, 21 de enero de 2010

LO INALCANZABLE

Alegrarse del sol como una flor no sé si es bueno o malo. Se manifiesta uno como si fuera un gato conviviendo con el fantasma de la gotera. Ser una flor es ser un vegetal de primavera. La fotosintesis más tibia es la de rodar por las piedras de las lagartijas y eso es lo que te acaba pasando con los años. Me sitúo en décadas como los hechos históricos de las enciclopedias frías. Pensaba que estaba fuera del tiempo de la nube y no. Siempre te encuentras en el tenderete de los calcetines mirando al jersey negro, a veces algún tanga. Ese es el consuelo que nos queda a los tristes. Los mismos que pusimos la amistad en la balda de lo inalcanzable, ahora trepamos por los objetos agarrándonos a los gestos caídos. Las lagartijas son las flores de los caminos, son las flores de los senderos, lo que queda del sol cuando se nubla. Y de pasear por el barroco voy llegando a las soledades de las tardes rojizas, como si todo lo nuclear se esfumara por el horizonte. Qué fácil ahora todo.

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