jueves, 18 de febrero de 2010

LA CARENCIA

Solemos añorar la carencia porque nos sentimos plenos en la abundante normalidad. Valoramos los treinta y siete grados de nuestro organismo cuando el termómetro marca treinta y seis y medio, y añoramos la media décima de la infancia que se fue. Cuando regresas quieres partir, prentendes la amistad cuando el rencor y así. En la vida, lo que no es ambición es nostalgia y la ambición misma no es más que una nostalgia futura, una forma de proyectar la melancolía hacia el mañana. La ambición es un proyecto de tristeza cuando el ayer ha sido tarde, mal y nunca. Sin carencia no hay creación. La abundancia es recreo, disfrute. La propia recreación de la abundancia se produce cuando ésta ya se ha consumido. Cuando el horno está para bollos todo el mundo se los come. La plenitud es un sitio para nadie donde se seca la tinta. Me pasa cada vez que despierto. Deseo seguir durmiendo.

No hay comentarios: