martes, 25 de mayo de 2010

OLOR A SOL

Ahora que las tardes huelen a sol, tendré que ir pensando nuevas ilusiones. Tendré que ir inventando un lugar de huida. Habrá que llenar el tanque de las lágrimas con alcohol para engañar a la utopía, ahora que el biodiesel engaña al hambre y ya todo es engaño. Habrá que ir cuajando otras mentiras. En este usar y tirarlo todo, me he ido recogiendo por los suelos, sin reciclarme y ya soy todo asco. Este morirse más y más según me voy haciendo joven. Para bien o para mal siempre hay una derrota, una perdida, un horario, un fulgor metálico que nos dicta el desayuno. Y una falta de otros para los demás, para los que dejamos de creer en nosotros mismos. En esas nuevas ilusiones he apuntado lo de siempre: oler el sol en tu camisa, rozar el aire con tu pelo, nadar en frío, beber caliente, cantar sin prisa. Más de lo mismo para esta vida complaciente. Por las noches huele a heno verde, a grillos que suenan. Huele a croqueta de Puri, a beso oscuro, a caricia clara, a libro viejo, a canela seca. El sol huele porque el sol da olor a las cosas. Vienen días largos por delante. Tengo mucha palabra muda para quien pueda escuchar. Hablo alemán y viajo donde haga falta.

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