viernes, 6 de mayo de 2011

EL CRISTAL

A través del cristal, la luz parece vacía. En el tiempo del brillo, del self service, eau de toillet más, la luz mana de los cristales, de los reflejos opacos de los párpados. Alguien sostuvo una rosa, alguien cantaba, corría tras el olor verde de las cosas soleadas. Desde detrás del espejo todas las niñas parecen Alicia, porque la máscara primero fue de cristal, luego fue espejo y finalmente un vaso. El agua de las mañanas es un clamor luminoso, lo peor para los suicidas. Como el instante, la luz es un presente. Algo que sólo existe en el adiós. Tantear la complacencia de los muebles, jugar al beso curvo, acércate, vuelve mañana, acabar junto al stand by del microondas. Contemplamos la vida de los cristales ahumados en películas doradas junto a Toby, con la bolsa de heces tibias que no manchan porque el plástico es la asepsia de nuestros días. El plástico es la metáfora. Y mientras Alicia choca una y otra vez contra el cristal, mientras rompe su cráneo violento regando de sangre el escenario, el cristal no cambia su brillo focal. El aire viciado, la escena trágica acabara pasando al recuerdo. Todo listo para regalo. Todo listo para la compra. Me desperté y la compra ya estaba allí. Mirar es llorar.

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