viernes, 1 de julio de 2011

EL TRABUCO

"A veces la novedad es lo mismo mirado y visto -este matiz importa- de otra manera y así construir otra forma Cubismo dixit.
La sorpresa, por el contrario es saltereadora. Se presenta con su trabuco y dice: Dónde vas gilipollas?
Entonces re-accionamos y la cara de gilipollas es nuestra". (E.A.)




Mirar diferente es voluntarioso, determinista, como una flor de plástico. La sorpresa es el trabuco. El cubismo viene del columpio sin palas de la memoria. La novedad, Perico, es ojo porque te ve. Podemos mirar el caleidoscopio con los labios, pero solo hay trabuco cuando los labios son el caleidoscopio. Por eso las tardes, que más me dan a mi las tardes, si las cosas decentes ocurren a partir de la oscuridad que es el color del alma. Siendo tan verano como cualquiera mis noches apenas tienen alma porque apenas tienen tiempo. Tener apenas un insomnio que prolonga la febril fatiga de los mecanismos al aire. Hablas del cubismo como una alegría y no. Lo que quiero es encontrarme El Guernica en un parque, darle una hostia al caballo y cortarle la lágrima a la bombilla como si fuera un filete de ternera. Qué mirar. A qué niño muerto. La podredumbre se huele con los ojos cerrados desde que el mundo es fango. Lo que quiero es trabuco, sorpresa, novedad. Llámalo dolor sano, como quieras. Lo que quiero es poder decir quédate, lo siento, mírame. Perdona.

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