viernes, 9 de septiembre de 2011

EL NEGRO

Si se riega y hace sol, germina. La sangre fluye debajo de los cráneos como la lágrima debajo del grito. Y sus labios macerando el silencio por el suspense del espacio. La llama crepitó como las flores nocturnas, como la inevitable intimidad de las hogueras, como la conversación enamorada. Era el tiempo de la policía. El online binario de la imagen rompía las olas milenarias del futuro. El asfalto hacía su camino. De los surtidores manaba el llanto. Todo tenía un cierto olor a negro, color sangre quemada. Los brillantes ojos vigilaban la luna -moneda llena- que contemplaba los satélites y en Nueva York gemían las ventanas a las ventanas del mundo. Los bosques con los bosques, las piedras con las piedras y muy pronto nació sobre la arroba un sorprendente tres luminoso. La flor dura lo que dura. La primavera es importante. El maravilloso caos del otoño es su comienzo.

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