jueves, 13 de julio de 2017

EL HUMOR

A Pablo Gadea,
que se reirá con esto.


Se ríe por no llorar y por eso nos escojonamos de la hostia cuasimortal y tenemos que contenernos para no delinquir el deber de socorro. La risa está en un bote de ketchup que sale a cholón, en un chiste viejo que hace gracia por olvidado y por bueno como de Chumy Chúmez. Hay risas melancólicas como un recuerdo que regresa torpe a la retina del presente. Hay risas de llanto cuando se agarran al diafragma de la marihuana, hay muertos de risa como Franco, y risa sucedánea como la mueca, o el reirlelasgracias estilo Ainhoa "Arguiñano". Hay una risa de cansancio, de insomnio retroactivo, de alcohol acumulado, que viene de las verbenas y los churros. Hay una risa de asco cerca de la arcada, una risa de astenia repetida. Como el golpe, hay una risa en el dicterio y otra en los cojones. Hay risa en lo repetido que pasa de gusano a mariposa en un los cojones a la ligera. Hay risa en lo reconocible, por eso Chaplin y las tuercas. Hay una matemática ensayada que no falla y que convierte a la risa en una palanca de euforias. La vida es un tiempo de risa entre dos silencios decía Lorca que para todo era muy gitano. La risa es partirse el culo porque te llamas Ernesto Sevilla o porque ves a los Duodeno. La risa tiene resortes como un colchón de helio. Tiene la atmósfera de lo breve si es bueno que por eso gusta el chiste corto, como un aforismo certero. Luego viene la destreza del cansancio para ganar el tedio genial de los cojones. Hay risas industriales de las que usan en la tele y las hay de fabricación casera que son las que uso en los conciertos, porque hay una risa doméstica, tranquila, de cocido, que es nuestra marca de la casa. El humor tiene su matemática sinestésica. Sin sinestesia no hay loscojones. El pellejo patrás huele con sólo imaginárselo mientras se oye la melodia de "Circuncisión". La gente viene a vernos, porque se nos ve la desgana por mucho que se esfuerce "Madeiro". Y tan sin querer nos topamos con la aritmética de la gracia: el contraste, que es el "si lo sé me quedo en tu casa" del cornudo. Hay una risa en lo absurdo, por eso Mihura, porque lo absurdo no es más que saltarse el predicado del chiste porque nos hace gracia darnos cuenta del sujeto como cuando sabemos la letrita del Pasapalabra. Hay una risa que une chistes de antes con gracias de ahora como si escribo: empieza por “L” y digo “Loscojones”. En los macarrones del sexo hay mucha risa porque es nuestra miseria cotidiana, nuestra mentira de geranio. De ahí las escenas de matrimonio, el negro del wasap y el porno con enanos. En el chiste familiar de Jaimito y el abuelo está malo te comes las patatas de los cojones. “Te hincharás de follar pero no de comer patatas” une las dos gracias, volviendo a los cojones. La sorpresa hace gracia, porque la vida no es más que un accidente repetido y esa inconsciencia cuánto más bárbara más graciosa, y túveráscomotieneslospuntos.

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