miércoles, 6 de marzo de 2019

EL VASO

“No perdono a la vida desatenta”
Miguel Hernández

A Pablo Gadea

Sufres, como el vaso de agua. Tienes la lengua llorona, el ojo sensible de los cactus, temblor. Un cigarro hamaca tu sonrisa. Llueves. Fulminas las ganas con un “claro” que suena a la piedra del pozo. Tienes la frescura que hace olvidar y una palabra que saca la cabeza para entrar en flor. Hay que sufrir mucho para dilatar silencio, tocar el agua del misterio y no hacer caso.

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