viernes, 5 de julio de 2019

EL PLATO

Llegar tarde a lo sencillo. Ser el otro de uno mismo. Tocar los sonidos y escuchar azul cuando el negro encona. Cuanto más cerca más lejos, cuanto más lejos más atrás. El intruso va una pregunta por delante de sí mismo. Quieto se mueve, se para en movimiento. La soledad tiene escalón hacia dentro, tiene angustias de vecindario y dolor de rodilla. Soledad, ventanas dentro de una puerta, ojos recientes como la piel del imán. Teclas y aceitunas en un mismo plato, una toalla que busca césped, un cuello en flor, un minuto desesperado, un carrito empujando un óvulo. El para qué preguntando para quién.

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