viernes, 31 de julio de 2009

ESTAS COSAS

La tarde apacigüa el grito. El calor latente, pesado, sudante, lleva la paciencia al abismo. No sé por qué esta tendencia hacia lo grave, este descalabro hacia la emoción. No sé por qué. No sé. Hoy, el despertador ha sonado menos, me he levantado antes, mejor, más ligero. El vecino parece más simpático, el pan más tierno, el agua más fresca. Hoy el buenos días reconforta, la rutina justifica, el sedante salario es digno y las horas cortas llenas de vida. A veces estas cosas.

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