viernes, 11 de septiembre de 2009

GRIS OSCURO

Ser gris es algo muy oscuro. Ser negro es otra cosa. El empate a cero, la línea recta y la media tinta suelen ser tintas planas, páginas en blanco. Cuando la fiebre pasa queda la flema, el escupitajo y un aire de petanca en las manos. Septiembre es el mes del bibliotecario, la jubilación y la relectura. Es el momento de las enumeraciones, se deja de fumar y por el estilo. Las tardes son tertulias que van a dar a la mar y las cenas son vigilias frente al ocaso de soles taciturnos y noches de luna llena. Siento la calma del desconcierto. Padezco el hastío de las ramas, la somnolencia de los ancianos frente al televisor en niebla. Por eso huyo hacia la tragedia del viaje. Necesito sentir la sangre adentro de las venas. Escapo de la almohada de la radio, del café con leche tibia. Me acojo a la terapia cinco estrellas del turismo y la mahou. Esta noche cantaré como un ventrilocuo las manidas canciones, esta tarde leo los manidos poemas. Todo atusado, sobado, pulido, mimado. Hasta las ilusiones necesarias con su código de barras. La lágrima más furtiva con su envoltorio made in USA. Yo acudo al sudoku de la palabra, al bingo de la metáfora y los dos patitos. Así andamos.

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