jueves, 9 de septiembre de 2010

LA PÉRDIDA

Septiembre es una pérdida porque es un comienzo. Comenzar es perder la calma. La calma es una piscina, un aftersun, un bocadillo y una caña. Agosto es el gazpacho donde se mezcla mejor lo dicho por eso septiembre siempre llega como una nube perdida en la tormenta de sol que es el verano. Es el mes de la urgencia, del beso atrancado, de la palabra nostalgia y la llamada de coleccionable. Es el mes de los bibliotecarios, El tiempo de prolongar la borrachera antes de que cuaje el hielo fuera de los cubatas. Es el comienzo de la matraca, del horario. Es el mes del matrimonio, la maleta y la factura. Septiembre es el mes del capitalismo porque todos los adjetivos conducen a Roma ahora que de Paris vienen los gitanos. Es el mes del despertador y la bronca de los padres. Septiembre acumula lo peor del año porque siendo verano ya es otoño y ya se ve la gotera del año nuevo. Septiembre es un abril deprimido. Es un jersey de lana, una caricia de tapadillo por debajo del cafe con leche. Es un catarro con voz de nicotina frente al facebook. Es el blog de las palabras chusta con comentarios obscenos. Es el recogedor con que se barre el mes de agosto antes de pasar por caja. El dinero brilla más que nunca en septiembre. La vida se cansa de ser real y vuelve al cine. Siete cincuenta la entrada. ¡Coñó!

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