miércoles, 12 de septiembre de 2012

EL TACTO

Algo brilla sobre el cariño. A veces un diente, a veces un carmín desconocido. Tu belleza se vuelve nítida cuando llega la niebla. Andas por el lenguaje de los gatos -letras de aire, caricias retóricas- erguida por el más que no roza los jarrones. La mecha sigue, tus pies de carne sobre algodón, consumen miedo que cruje dentro. La bomba está preparada. Más –no fui yo ¡lo juro!- dicen los horarios, sigues llegando con el mar afuera. Estás loca de labios. Tienes un tacto de alas, un vuelo de nidos. Eres mi soy, lo dije. Contigo todo ocurre después en una rabia de olvido. Me besas como si nunca y vuelvo a remover el alfabeto. Sigo soplando espumas que excusen lo rotundo del te quiero. Te pido perdón aniñando mis muertes. Seguimos en la cárcel de las emociones cotidianas.

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