El silencio es su peor grito,
yo nací –respetadme- con la poesía.
Asesino sonámbulo de heridas,
andanzas de luz,
diálogo de muertes.
Manos.
Algo tiembla en nosotros
–temblar es vivir un poco-
resucitando gusanos
por no sé qué razones.
El sonido hueco
de la palabra es un niño
que comparte lo marchito
como si fuera un ramo.
Viniste a curar las horas
con heridas sin tiempo.
Traes la sinonimia de la sombra.
A qué este cinismo.
Detrás de lo invisible
se esconde lo inquebrantable:
no se puede romper el viento.
Caminamos la soledad
-palabra abierta-
como albur de la desgracia.
Cerca del qué lejos del cuándo.
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