miércoles, 20 de junio de 2018

EL RITO

A Mónica.

Ese tiempo no importa. Mi error era cierto. En tu imposible, encuentro ahoras de memoria. Encuentro a un niño junto a un libro y una luciérnaga de voz en un teléfono. Cuando la memoria entra en tus ojos la emoción mira por los cristales. Y aquí me tienes cumpliendo con el rito, con la obligación de necesitarte, frente al mundo. El tiempo nos debe su futuro. Yo te debo la inocencia. Y madrugadas solitarias, y paseos solitarios, y viajes solitarios, alumbrando versos que te merezcan. Somos un espejo constante, la caricia que vigila al miedo. “Perdón y gracias son hacia ti lo mismo” y un algo más repetido. Habremos de ir bebiéndonos, juntando el agua con las ganas de llorar hasta que el ojo solo sea aire, una burbuja de alas, de otra mariposa, que vuele sin dudar.

No hay comentarios: