sábado, 12 de diciembre de 2020

EL SUMIDERO

La soledad retrocede cuando crece. Es un desierto de palabras en el mostrador de una mirada. La metáfora consuela su caricia. Es una distancia que se mide en distanciamientos. El silencio es su lenguaje, el humo su residuo, la ceniza su presencia. Es abrir un libro. La soledad se forja en el ruido amable de los cuchillos. Es una piedra pequeña. Fluye como un agua inversa donde el error es su sorpresa. Es una algarada de emociones. El relente de los versos que sabemos de memoria. La soledad sueña en el insomnio. Es el salto al vacío de la memoria. Es un objeto sobre la mesa y una cama deshecha. La soledad es una casa sin cortinas. La soledad es el final de la risa. A la soledad se nace. Se llena de palabras como números de teléfono, como máculas por el suelo. Es un fregadero de estudiante. Es la tinta de los versos. Huele a coche cerrado. Es entrar y acercarse. Es volver. Es el margen de las cosas y cuando se acaba un abrazo. La soledad tiene migas de pan y la puerta rota. Es precaria como el futuro. La soledad son las personas. Es un champú vacío. Un parque en invierno. Son las macetas con ojeras. El intestino del cerebro. Donde ocurre todo. La soledad es una entrada de cine. Las manos que buscan debajo del sofá. La soledad huye hacia atrás. Son las baldosas de un cuarto de baño. Tragar otro deseo. El peine con pelos encima de la lavadora. Es cerrar un libro. Lo que ocurre debajo de las mantas. Caminar, dormir, comer. La soledad es ajena. Es el deseo de una sombra. Olvidar el dolor que te preocupa. Lanzar otra emoción al sumidero. Pisar un ojo. La soledad son las ganas de compartir. Constatar el siempre en el cansancio. Es un secreto abierto. Lo que queda de nosotros. Un mirador que atisba un espejo. Una mano sin nadie. Una casa sin niños. Beber agua. Poner de pie una foto. La soledad se escribe en soledad, como si fuera la única vida posible.

 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí siento mi sumidero ahondándose. Gracias por retratar la belleza de la angustía, cuando la soledad nos hace siempre un nada y perdona mi culpa, pero ya no hay remedio. (C.O.)

Anónimo dijo...

Haber estudiao.

Anónimo dijo...

Lectura selectiva.

La soledad retrocede cuando crece. Es un desierto de palabras en el mostrador de una mirada. Es una distancia que se mide en distanciamientos. Es abrir un libro. Es una piedra pequeña. Es una algarada de emociones. El relente de los versos que sabemos de memoria. Es el salto al vacío de la memoria. Es un objeto sobre la mesa y una cama deshecha. Es un champú vacío. La soledad es una casa sin cortinas. Un parque en invierno. Son las macetas con ojeras. Es la tinta de los versos. Es entrar y acercarse. Es volver.
El silencio es su lenguaje, el humo su residuo, la ceniza su presencia. La soledad tiene migas de pan y la puerta rota. Caminar, dormir, comer. Poner de pie una foto. Donde ocurre todo. La soledad huye hacia atrás. Tragar otro deseo. Olvidar el dolor que te preocupa. Lanzar otra emoción al sumidero. Constatar el siempre en el cansancio. Un secreto abierto. La soledad se escribe en soledad, como si fuera la única vida posible. A la soledad se nace.

Anónimo dijo...

Claro, y todavía sobra. Y otras están pulidas. El texto hay que bruñirlo por decantación. Un abrazo fuerte. (CO jr)